De
lo que más nos interesa y afecta en estos momentos, despedir Anducab y la feria de septiembre, las dos convocatorias cerradas con éxito
de organización y de público. Ahora queda esperar la convocatoria
de la feria Multisectorial, que nos cita para el próximo 23 de
septiembre y que la compartiremos a lo largo del fin de semana. De
entrada se anuncia ya como éxito de participación de firmas
expositoras debido a que el trabajo desarrollado parece más que ha
sido más efectivo y, por otra parte, que los organizadores usaron el
sentido común cuando decidieron separar tanto Anducab como esta
feria agrícola. Como hemos dicho en otras ocasiones, elaborar un
programa de fiestas no debe ser nada sencillo, y más cuando el
dinero escasea. Por lo que hemos vivido de cerca, no obstante,
perceptible ha sido la disponibilidad de imaginación que las
concejalías implicadas han puesto a disposición de los eventos.
Naturalmente, a la espera del análisis oficial que deberá hacer el
responsable, que es lo mismo que citar al estrado al
concejal-delegado de Festejos, será él y su experiencia directa la
que nos ponga al día y aporte los datos reales, especialmente los
económicos, que nos permitan valorar objetivamente las citas
compartidas. Entre los responsables políticos, el éxito ha sido
total y lo han querido compartir con todas las personas que lo han
hecho posible.
A
todo esto, la ciudad sigue a la espera de que las noticias de
contenido esperanzador (entiéndase cualquier noticia relacionada con
la creación de puestos de trabajo) nos lleguen como confirmación
definitiva de las buenas intenciones del equipo de gobierno
municipal, necesitado de buenas nuevas de gran impacto popular y
capaces de motivar en cantidad suficiente como para conseguir la
esperanza colectiva que tanto necesitamos. Naturalmente, fácil no
debe ser, aunque sí muy importante e incluso definitivo para los
legítimos deseos continuistas de los actuales dirigentes. Por
nuestra parte, como de hecho somos especialmente exigentes en las
cosas que se nos prometen, en eso estamos precisamente, en reclamar
lo que es nuestro en nombre de quienes, por miles, hacen lo propio
siempre que tienen oportunidad y que en muy pocas ocasiones cuentan
con un micrófono y sus correspondientes altavoces para expresarse.
Es más, teniendo en cuenta la capacidad organizativa de algunos para
convocar manifestaciones, cuando no de plataformas ciudadanas desde
las que reclamar la industrialización de la ciudad o negarse a que
se implante una sola dirección en cualquiera de nuestras calles, no
deberían menospreciar estos apreciables y evidentes valores si no
quieren verse envueltos en desagradables situaciones reivindicativas
que en realidad solo persiguen el desgaste de las personas que
soportan el peso del poder.
La
realidad es que ha comenzado la cuenta atrás para que la
cotidianidad nos envuelva con su cansino y lento caminar, y que
estamos obligados a plantarle cara si no queremos vernos envueltos en
el ostracismo más insoportable. Por el momento, además de
encontrarnos a la espera de que finalicen las obras de mejora
iniciadas en muchas de nuestras calles y avenidas, que ya era hora,
por cierto, que alguien nos diga algo sobre nuestro futuro más
inmediato. Que lo del puerto seco, de los miles de metros de los que
disponemos para que aquí se instalen industrias de todo tipo y
tamaño, de ubicaciones geográficas estratégicas y únicas, de
parques naturales por descubrir y nuestras extraordinarias
peculiaridades personales para enfrentarnos a cualquier reto que se
nos ponga por delante estamos un poco hartos. Recuerden que durante
muchos años se nos han estado vendiendo los Llanos del Sotillo como
la panacea de todos nuestros males y ahí sigue como vergüenza
colectiva por no haber sido capaces de exigir lo que se nos prometió.
Dicho esto, ¿nos les parece a ustedes que más bien parece que
andamos sobrados de promesas y palabrería y escasos, muy escasos, de
que alguien haga algo por nosotros. ¡Que solo hay que viajar un poco
para contrastar que nos estamos quedando en el vagón de cola. Si es
que lo hemos dejado alguna vez…!