Fitur, que ya saben ustedes que es el
encuentro más importante que se desarrolla en nuestro país con el turismo como
justificación, que demanda millones de euros para su celebración y que mueve a
miles de personas a su alrededor, destacando de entre ellas a los profesionales
del turismo de todo el mundo, nos
convoca en la capital de España este fin de semana, concretamente del 18 al 22.
Nosotros, Andújar, volveremos a estar presentes con lo nuestro, con lo poco o
mucho que tenemos para mostrar y compartir con quienes quieran venir a
visitarnos, y deseamos fervientemente que triunfen las ideas que nuestros
representantes han puesto a disposición de la organización que encabeza la
Diputación provincial. Evidentemente, se trata de una enorme posibilidad de
ganar mercado turístico en una situación de aparente bonanza económica que nos
serviría para implantar nuestras bondades en un entorno muy especializado,
aunque asumamos que nos falta la infraestructura mínima necesaria para ni
siquiera plantearnos entrar a formar parte de las ciudades de la provincia que
desde siempre han creído en sí mismas y han luchado con todas sus fuerzas para
conseguirlo, como sería el caso de Úbeda o Baeza. Desde luego, evitar los
tópicos que entre todos hemos ido añadiendo a lo largo de los años al escaso
patrimonio que poseemos, quizá nos devolviera el sentido común y aplacara las
circunstanciales euforias con las que solemos expresarnos en cuanto tenemos
oportunidad, especialmente las relacionadas con la gastronomía. Sí, porque
contamos con unos fogones de extraordinaria capacidad inventiva gestionados por
extraordinarios profesionales, pero luego, en el día al día, y la ruta de la
tapa que aquí celebramos cada año es una buena referencia en la que apoyarnos,
difícil será que superemos el lomo a la serrana, la carne de monte o el conejo
al tomillo.
¿Y por qué este ejemplo? Sencillo:
porque volveremos a echar mano del parque natural Sierra de Andújar, del puente
romano, de los templos religiosos, de la plaza de España y de Andújar Flamenca
para intentar atraer la atención de los más inquietos y decididos viajeros.
Mientras, la realidad nos sobrepasa y nos devuelve al punto de inicio. El
recinto del parque sigue siendo un bunquer en manos de particulares que no
permiten su permeabilidad; nuestro patrimonio arquitectónico se recupera con
enorme dificultad, los accesos por carretera son penosos y muy peligrosos, del
ferrocarril mejor no hablar porque nos obligaría a mostrarnos algo más que
irónicos… Por supuesto, no faltará quien informe sobre nuestra envidiable
situación geográfica, sobre nuestro aceite (que por cierto no tenemos por
costumbre buscarle un hueco en las muestras en las que se buscan apoyos de los
profesionales catadores), o sea, más de lo mismo. Para nosotros, lo de echar
mano de la teta que nos proporcionan las Administraciones ya vamos tirando,
pero de esfuerzos, de imaginación puesta al servicio de un bien común, de crear
para diferenciarnos de los demás, de ofertar originalidades, más bien poco.
Fitur volverá a citarnos y allí
estaremos. Ojalá que los que nos representen, y les recordamos que no son solos
políticos, merezcan el título y su comportamiento nos muestre como una ciudad
dispuesta y preparada para afrontar retos de importancia. Los tópicos solo
sirven para mantener viejas estructuras sin futuro y a personas incapaces de
valerse por sí mismas. Andújar, por su importancia geográfica, por su
población, por su historia y porque se ha ganado un futuro mejor a base de
golpes bajos, bien merece una oportunidad en donde tanto dinero se mueve y en
donde también el turismo de interior vale su precio en oro.