martes, 17 de enero de 2017

ADEMÁS DE LOPE DE VEGA, ANDÚJAR TIENE MÁS CALLES

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Los derechos ciudadanos, de hecho, en muy pocas ocasiones no son respetados. Deben darse infinidad de circunstancias e infinidad de contratiempos para que sus demandas no sean escuchadas, afirmación que debía servirnos para concluir que de lo que en realidad se trataría es de reclamar siguiendo los cauces apropiados, plantear en donde corresponda la necesidad de la demanda y el supuesto beneficio que tendría para la comunidad, además de tener paciencia y de obtener de quien nos atienda la seguridad de que nuestra petición será atendida. Lo de quejarse porque a otros vecinos sí se les ha escuchado, mostrar envidia en donde solo hubo unidad y perseverancia, no solo nos presentará ante los demás como gritones desaforados, sino que es muy posible que hasta perdamos la oportunidad de conseguir lo que necesitamos. 

No es nuevo que la calle Lope de Vega ha resultado un éxito para todos, especialmente para los allí residentes, pero también deberíamos conocer la trayectoria seguida por estas vecinas y vecinos a lo largo del tiempo que mantuvieron sus quejas ante los responsables municipales, y comprobar la realización de la obra desde el principio y hasta el final, para llegar a conclusiones justas. Sin embargo, desde el momento en el que los medios de comunicación nos hicimos eco de la buena nueva, no han faltado críticas mostrando una realidad desproporcionada y no menos culpando a la intervención municipal de todos sus males. Para algunos, que la nueva dirección ha multiplicado peligrosamente el paso de vehículos por la suya; para otros, que si era necesario eliminar el ruido de esta vía para pasárselo a otra. Tampoco echamos de menos los que se preguntan por la categoría de las calles ni quienes reclaman que todo debería ser como antes. Quizá todos lleven razón, porque a nadie le gusta que de la noche a la mañana le cambien las costumbres o le añadan más presión automovilística a la calle en donde ha vivido siempre y que antes les permitía descansar. Creemos, no obstante, que se equivocan quienes deciden expresar sus dudas allí donde se les permite, ya que ninguna ventanilla mejor que la del propio ayuntamiento para encontrar la respuesta que se busca. Lo que sí se debe hacer es acudir documentado, con procedimientos viables y mostrando la realidad que les preocupa y condiciona, y a partir de ese momento, una vez obtenido el compromiso del responsable del área, todo será más sencillo y realizable, si es que es posible. Los ciudadanos contamos con una excepcional ayuda entre la clase política en general y quienes nos gobiernan en particular.

Perder el tiempo en criticar lo que mañana puede ser atendido como demandamos no resulta para nada rentable para nuestro proyecto, y debe evitarse en beneficio de un mejor entendimiento entre quienes desean mejorar su entorno y entre quienes pueden realizarlo. Los que andan con la escopeta cargada buscando presas a las que destripar y obtener provecho político, es decir, los que tiran la piedra y luego esconden la mano, especie muy extendida entre nosotros, por cierto, solo tienen un discurso y unas intenciones claras: desgastar a su oponente y echar toda la tierra que puedan a su trayectoria. Que nosotros sepamos, en ningún momento nuestro Ayuntamiento ha optado por el cambio en la dirección y el arreglo de Lope de Vega porque sí. Al contrario, hubo una presión ciudadana en toda regla, con insistentes cortes de tráfico, con declaraciones vecinales educadas, unión vecinal a toda prueba y férreas convicciones. Ese es el camino. Esa es la realidad de que hoy Lope de Vega sea una vía de comunicación con una circulación aceptable, más segura y silenciosa. Ellas y ellos han abierto el camino. Ahora les toca a quienes puedan justificar su necesidad.