lunes, 2 de octubre de 2017

SOLUCIÓN PARA LO QUE ES UN PROBLEMA DE TODOS

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Cuando visualizamos un problema local, que nos implica o nos importa, nuestra experiencia confirma que lo hacen suyo inmediatamente y suelen expresarse de manera apabullante e intensa como lo hacen en casi todos los comentarios que aportan ustedes. Por lo tanto, tal y como esperábamos, el de la semana pasada, concretamente el del viernes, ligado a la problemática que vive la ciudad en todo lo relacionado con el tráfico, y muy especialmente los escolares y los usuarios de vehículos, en época escolar, en el lateral derecho de la fachada de la SAFA, ha despertado no solo su interés, sino la aportación de sus opiniones, algunas realmente interesantes y que muestran que no andábamos equivocados en el planteamiento. Y todo porque lo que al principio era una costumbre, en poco tiempo y a lo largo de los años se ha convertido en norma aceptada por todos que, sin embargo, entendemos que los implicados en el tema, o sea, los escolares y sus acompañantes y los conductores que por allí circulan en ese momento, están sometidos a un grado muy alto de presión y peligro que urge eliminar. La responsabilidad, evidentemente, recae en la Concejalía de Tráfico de nuestro Ayuntamiento, que por el momento parece  se ha limitado a seguir la línea marcada por los anteriores responsables del área, es decir, de dejar hacer, de confiar en la suerte y la Providencia, y no cortar por la sano antes de que ocurra algo de lo que todos tengamos que lamentarnos.

Sus comentarios, que nos parecen determinantes  y prácticos, nos sitúan en el centro del problema y muestran una preocupación justificada. Y es que el hecho de que a diario, por las mañanas y a mediodía, es decir, a la entrada y salida del centro escolar, veamos cómo los menores descienden del coche que les transportan y quedan en la calzada a la espera de que el padre, la madre o el tutor los recoja y, recorriéndola hasta que tienen la oportunidad de llegar a la acera, que son muchos metros e infinidad los vehículos que circulan a su alrededor, nos parece sencillamente aberrante. Recordamos que el hecho de que exista una valla, una baranda, entre la calzada y el acerado, que ya hemos dicho que no les permite salir de la calzada, obliga a los responsables de este área municipal a tomar las decisiones que correspondan, entre las que aceptaríamos, convencidos de que en cualquier momento puede suceder lo predecible, es que se elimine la valla existente para que de esta forma, si no se puede conseguir que se aparque en esa zona para la aproximación del alumnado al centro, pueden salir directamente al acerado y evitar el enfrentamiento obligado que ahora mantienen con la circulación que por esa zona transita. Por supuesto, sería un parche, pero ya hemos dicho que cuando la irresponsabilidad que muestran los mayores no parece que vaya a doblegarse, decidir con urgencia para luego plantear las soluciones que pudieran generarse, nos parece lo más inteligente.

Las aportaciones que han tenido a bien realizar al comentario que nos ocupa nos han servido para disponer de perspectivas que desconocíamos, además de una alta concienciación con respecto a cómo se debe utilizar el coche en una ciudad como la nuestra, en la que no existen distancias que justifiquen su uso. Quien ha ido un poco más lejos y afirma que sería una forma idónea de concienciar a los menores en la necesidad que tenemos que conseguir un planeta cada vez menos contaminado, nos parece genial. Los que lo han hecho responsabilizando a los mayores que los transportan de las consecuencias que pudieran derivarse, han dado en el centro del problema. Tampoco han faltado entre ustedes los que animan a que los niños se desplacen a pie hasta su centro escolar, consiguiendo de esa forma que muevan las piernas y ganen en salud. Como ven, para todos los gustos. Ahora, a esperar qué podemos obtener de quienes están obligados a actuar.