Radio Andújar, como viene haciendo al inicio del año,
entrevista a los portavoces de los partidos políticos representados en el
Ayuntamiento y les ofrece la oportunidad, aunque a lo largo del año lo repite regularmente,
de anunciar sus planes para el nuevo ejercicio, de compartir con sus militantes
y simpatizantes sus dedicaciones y sus objetivos de cara a las próximas
elecciones, porque recordemos que se convocarán en junio del 2019. Así, hemos
tenido oportunidad de escuchar toda suerte de buenas nuevas, de intenciones
rodeadas de magníficas propuestas y de juramentos de que nuestra ciudad
cambiará radicalmente su futuro. Esto forma parte de la normalidad política y a
nadie extrañan mensajes de este corte; otra cosa es que calen entre los
ciudadanos y que se instalen en sus ánimos con capacidad para llegar al colegio
electoral con fuerza. En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de escuchar
excesos verbales preocupantes si tenemos en cuenta de quiénes proceden, unos
por interesados y otros creemos que por despiste, aunque no sabemos si
interesados o no. Dos grupos políticos han decidido incluir en su discurso a
Innovandújar, que no sabemos si ustedes recuerdan algo de esta gran mentira y
rotundo fracaso económico y político, o no. Y decimos esto porque no faltan los
que no quieren oír hablar de ello porque han sufrido en sus carnes el
interesado discurso que se generó a su alrededor y otros porque ni siquiera les
suena de algo. Para unos y otros, recuerden que su presentación en público
estuvo arropada por las fuerzas vivas de la ciudad en un acto pagado con dinero
público y no solo el ágape que se organizó para la ocasión, sino por el dinero
que debió abonarse a la compañía que realizó el vídeo en el que se veía lo que
aseguraban no que se iniciaría en poco tiempo, sino que, como dijo la
presentadora del acto, ya era una realidad. A partir de ese instante, la fiebre
por la especulación se instaló en los despachos municipales y desde allí fuimos
conociendo, no la llegada de las empresas que decían vendrían a instalarse en
esos terrenos, sino la venta de éstos, que fueron calificados como industriales
como una rapidez inusitada y que, ahora, pasados los años, han vuelto a su
origen una vez comprobada la inviabilidad del proyecto.
Por todo esto, que uno de estos portavoces se haya
atrevido no solo a defender su viabilidad, sino a asegurar que el proyecto
contaba incluso con la subvención que permitiría el inicio de las obras, y que
fue la Junta de Andalucía la que no quiso apoyarlo, la verdad es que lo
entendemos como un desatino cuando no una falta de respeto a la memoria
ciudadana. Cierto que se presentó el proyecto, cierto que se hicieron obras por
valor de cinco millones de euros, cierto que la crisis influyó en que todo
quedara empantanado, cierto que se colocaron banderolas anunciando a los
viajeros de la A-4 que se construiría un parque tecnológico, cierto que se usó
la retroexcavadora cada vez que se convocaban elecciones municipales… El resto,
una entelequia, una estudiada mentira y una ruina económica para quienes
atendieron la llamada a la inversión que les llegó desde el Ayuntamiento y que
al día de hoy sigue sin recuperarse, enrevesado y con un futuro incierto. Dicho esto, se entiende que el protagonista
más interesado intente reconvertir su fracaso y darle categoría de realizable
echando la culpa a quienes ahora gobiernan, pero que se una a esta opinión un
inesperado actor que antes criticó el proyecto por inviable, al que su partido
se opuso frontalmente a participar en esa gran mentira, la verdad es que no lo
esperábamos. En fin, el que dijo que su capacidad de sorpresa no acababa de
satisfacerse, evidentemente no andaba descaminado.