miércoles, 15 de diciembre de 2010

CAMPAÑA DE TRÁFICO A LA CAZA Y CAPTURA DE LOS CONDUCTORES EBRIOS



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Nos creemos en la obligación de compartir con ustedes, que andarán prestos a disfrutar con familia o amigos las habituales comidas o cenas de estas fechas tan entrañables, a que cuiden especialmente la ingesta de alcohol. Primero, porque se trata de defendernos del casi seguro accidente en el que nos podemos ver inmersos precisamente porque no andamos bien para conducir; segundo, porque los agentes de la Guardia Civil de Tráfico y los de la Policía Local han iniciado una campaña que persigue a quienes se hayan excedido en el consumo de bebidas alcohólicas. Esta es la realidad que queríamos hacerles llegar a tiempo, para que la asuman cuanto antes y no se vean envueltos en accidentes o las denuncias propias que merecen quienes no atienden las normas en vigor, que no crean que serán pocos. Sepan, por ejemplo, que es tal interés de la Dirección General de Tráfico en este asunto, que ha anunciado nada menos que el control diario de quinientos vehículos, y no tanto a discreción o aleatoriamente, sino específicamente sobre aquellos que provengan de los restaurantes o zonas en las que saben con anticipación que allí se convocan este tipo de encuentros.

Evidentemente, lo más aconsejable es que, si evitamos las bebidas espirituosas, contribuiremos en mucho a escapar del accidente. O sea, y repetimos, que eludiendo el consumo de alcohol para que no influya negativamente en el nivel en sangre que se nos permite, que es de 0,25 gramos, podremos conducir con seguridad. Por otra parte, quienes aducen que sin alcohol en exceso estas reuniones no son las mismas, tienen varias opciones a las que adherirse, destacando los que deciden por un lugar que no necesite de vehículo para entrar y salir. Es la posibilidad del accidente la que debe presidir en todo momento nuestras decisiones, porque sólo desde actitud tan responsable lo lógico es que nos mantengamos firmes en nuestra decisión de dejar el consumo de alcohol para cuando no tengamos el coche aparcado esperándonos.

El año pasado saltó la alarma y nos puso delante de una realidad absurda, porque es inaceptable, de todas todas, la desproporcionada estadística de accidentalidad en unos días tan concretos y todos por la misma causa: el exceso de alcohol en sangre de los conductores involucrados en los accidentes. Y más teniendo en cuenta que las cifras de accidentes en los tres últimos meses han aumentado de manera preocupante. La figura del compañero o compañera que no consume alcohol por un acuerdo previo entre los ocupantes del coche, ha dejado de ser un fenómeno extraño para convertirse en algo de lo más normal y ha contribuido notablemente a que los accidentes ligados al alcohol hayan descendido significativamente. Cierto es que también han contribuido los habituales controles que lleva a cabo la Guardia Civil de Tráfico en las proximidades de los centros de ocio juveniles, pero lo que nos debe importar es que se detecta una importante sensibilización al respecto entre los conductores en general y los jóvenes en particular.

Ojalá cuando recapitulemos una vez superadas estas fechas no tengamos que arrepentirnos de no haber dado la importancia que tienen los excesos especialmente cuando se conduce. A estas alturas pocos serán los que no sepan que conducir y consumir alcohol son por completo incompatibles; lo que nos debe interesar, por lo tanto, es que sean mayoría los conductores y conductoras que acepten esta máxima.