
Como tenemos serias dudas sobre el aspecto que presentará nuestra ciudad a los miles de visitantes que esperamos que lleguen a Andújar en menos de tres meses, a los que repetidamente se refiere nuestra primera autoridad, con ocasión de la romería de este año, les proponemos a ustedes un compromiso de exigencia y seguimiento que deberían desarrollar frente a la autoridad municipal, la única que puede y debe atender las demandas ciudadanas en beneficio de una mejora general del conjunto y con el único objetivo de que activen los planteamientos de actuación que suponemos tendrán previstos y que comience cuanto antes el desarrollo de los proyectos a los que tantas veces se refieren y que no conocemos. Hasta ahora, tímidas y escasas han sido las presencias de la municipalidad en nuestras calles, plazas y barrios, lo que ha ocasionado la pérdida de identidades y de rasgos que desde siempre han caracterizado a sus moradores. Por el momento, a lo más que hemos alcanzado es a asistir al deterioro general de la ciudad sin ni siquiera mover el dedo acusador en busca de alguien que nos hiciera el trabajo, y, por lo tanto, contribuyendo con nuestro silencio a la consolidación de una política corrosiva y con gran capacidad aniquiladora.
El antiguo templo de santa Marina, el recinto de los jardines de Colón, el paseo de las Vistillas, el conjunto del arco de Capuchinos, la ronda de Mestanza, la plaza del Castillo, las correderas de san Bartolomé y de Capuchinos, entre otros, nos pueden servir de ejemplos de cómo no se deben obviar las obligaciones que todos los gobiernos municipales contraen con la sociedad a la que representan desde el momento en el que se hacen cargo de sus responsabilidades. Algunos de ellos, concretamente los jardines de Colón, por si no habían alcanzado aún el maltrato que viene recibiendo desde hace unos años, actualmente es un improvisado aparcamiento de vehículos y un vertedero municipal, es decir, en donde depositan, a la vista de todos, los elementos que les sobran de las actuaciones que desarrollan en la ciudad. Se da el caso de que, además de ser un recinto sobre el que se han invertido importantes sumas de dinero para su recuperación y en el que se desarrollan eventos como Andumotor, junto a él aparcan los autobuses que llegan a nuestra ciudad repletos de visitantes en busca de lo que les hemos contado en ferias turísticas. El primer impacto es brutal y urge una actuación municipal inmediata que nos evite la vergüenza que supone esta primera imagen de nuestra ciudad, que, más que invitar a su recorrido, lo que hace es incitar a su abandono.
Hemos vuelto a Fitur a lo mismo de siempre, a presentar una Andújar ficticia, con algunos de nuestros monumentos en pésimas condiciones. Sin ir más lejos, dense una vuelta por santa Marina y comprobarán que se mantiene la estructura de hierro que tanto lo afea y que cumple años sin que nadie suspire por su recuperación; o decídanse por el antiguo convento de las Capuchinas, hoy museo de nuestro admirado Antonio Orea, sobre el que se ha actuado y bien, pero que no han sido capaces aún de retirar de sus vetustas paredes los contenedores de basura que tanto lo dañan; y por el mismo camino iremos si nos dirigimos a santa María la Mayor, a la que en uno de sus laterales más emblemáticos, y por formar parte ineludible de la primera imagen que se observa desde la calle La Feria, le han colocado unos contenedores que lo afean y dan clara muestra de la falta de sensibilidad que tienen nuestros políticos para con lo que es de todos. En esta tesitura cabría preguntarse si se tiene prevista la consolidación de lo que hoy no deja de ser un vergonzoso espectáculo, o sea, si por fin veremos terminada la rotonda que abre y cierra la corredera de Capuchinos.
Otra pregunta que alguien debería contestar urgentemente es si finalmente el gobierno municipal sacará adelante su proyecto de lo que acabará siendo las Vistillas, el parque de toda la vida de Andújar, y para el que este gobierno municipal tiene previsto reducir drásticamente los metros cuadrados de su perímetro a favor de una mayor anchura de la calzada que lo recorre en su totalidad, consolidando lo que hasta ahora ha sido una calle, como una carretera abierta a todo tipo de tráfico, de tamaño y de mercancías. La asociación de vecinos sabemos que está en contra del proyecto, entre otras razones porque supondría la eliminación de buena parte de la arboleda existente, pero todo depende de los apoyos que consiga en el pleno municipal, y ahí nos encontraremos con un ambiguo y desconcertante Partido Andalucista y, consecuentemente, nadie sabe cómo acabará esta historia.
El antiguo templo de santa Marina, el recinto de los jardines de Colón, el paseo de las Vistillas, el conjunto del arco de Capuchinos, la ronda de Mestanza, la plaza del Castillo, las correderas de san Bartolomé y de Capuchinos, entre otros, nos pueden servir de ejemplos de cómo no se deben obviar las obligaciones que todos los gobiernos municipales contraen con la sociedad a la que representan desde el momento en el que se hacen cargo de sus responsabilidades. Algunos de ellos, concretamente los jardines de Colón, por si no habían alcanzado aún el maltrato que viene recibiendo desde hace unos años, actualmente es un improvisado aparcamiento de vehículos y un vertedero municipal, es decir, en donde depositan, a la vista de todos, los elementos que les sobran de las actuaciones que desarrollan en la ciudad. Se da el caso de que, además de ser un recinto sobre el que se han invertido importantes sumas de dinero para su recuperación y en el que se desarrollan eventos como Andumotor, junto a él aparcan los autobuses que llegan a nuestra ciudad repletos de visitantes en busca de lo que les hemos contado en ferias turísticas. El primer impacto es brutal y urge una actuación municipal inmediata que nos evite la vergüenza que supone esta primera imagen de nuestra ciudad, que, más que invitar a su recorrido, lo que hace es incitar a su abandono.
Hemos vuelto a Fitur a lo mismo de siempre, a presentar una Andújar ficticia, con algunos de nuestros monumentos en pésimas condiciones. Sin ir más lejos, dense una vuelta por santa Marina y comprobarán que se mantiene la estructura de hierro que tanto lo afea y que cumple años sin que nadie suspire por su recuperación; o decídanse por el antiguo convento de las Capuchinas, hoy museo de nuestro admirado Antonio Orea, sobre el que se ha actuado y bien, pero que no han sido capaces aún de retirar de sus vetustas paredes los contenedores de basura que tanto lo dañan; y por el mismo camino iremos si nos dirigimos a santa María la Mayor, a la que en uno de sus laterales más emblemáticos, y por formar parte ineludible de la primera imagen que se observa desde la calle La Feria, le han colocado unos contenedores que lo afean y dan clara muestra de la falta de sensibilidad que tienen nuestros políticos para con lo que es de todos. En esta tesitura cabría preguntarse si se tiene prevista la consolidación de lo que hoy no deja de ser un vergonzoso espectáculo, o sea, si por fin veremos terminada la rotonda que abre y cierra la corredera de Capuchinos.
Otra pregunta que alguien debería contestar urgentemente es si finalmente el gobierno municipal sacará adelante su proyecto de lo que acabará siendo las Vistillas, el parque de toda la vida de Andújar, y para el que este gobierno municipal tiene previsto reducir drásticamente los metros cuadrados de su perímetro a favor de una mayor anchura de la calzada que lo recorre en su totalidad, consolidando lo que hasta ahora ha sido una calle, como una carretera abierta a todo tipo de tráfico, de tamaño y de mercancías. La asociación de vecinos sabemos que está en contra del proyecto, entre otras razones porque supondría la eliminación de buena parte de la arboleda existente, pero todo depende de los apoyos que consiga en el pleno municipal, y ahí nos encontraremos con un ambiguo y desconcertante Partido Andalucista y, consecuentemente, nadie sabe cómo acabará esta historia.