
Se aprobó allá por noviembre de 2006 y hoy nadie sabe nada del plan estratégico, que, no obstante, le supuso a la ciudad el desembolso de una importante suma de dinero y del que, sin que nadie sepa las razones y, lo que es peor, sin que ningún grupo político de la oposición haya reclamado algo en su nombre, no se ha obtenido rendimiento alguno. Eso sí, desde que en mayo de 2001 se anunció a bombo y platillo a la ciudadanía que una empresa especializada había recibido el encargo por parte del Ayuntamiento de un estudio sobre nuestra realidad sociocultural, económica e industrial, y que esta misma empresa redactaría un plan estratégico por el que la clase política y la sociedad se regirían en la búsqueda de una mejor distribución de espacios y de riqueza, el aprovechamiento mediático ha sido más que rentable.
Desde esa fecha hasta hoy, si exceptuamos alguna que otra referencia protagonizada por grupos políticos o colectivos, sólo el foro que se creó para el desarrollo de la ciudad, del que, por cierto, tampoco se sabe nada después de su primera aparición, reclamó su puesta en marcha basándose en que su implantación representaría el aprovechamiento de las soluciones que están reflejadas en este plan y que, sin embargo, duermen el sueño de los justos en el cajón de algún despacho municipal. Mientras tanto, los partidos políticos, especialmente el PSOE, no parece interesado en la reclamación de arma tan valiosa, y más cuando durante su mandato se decidió la contratación de este estudio. Su tarea, y a las pruebas nos remitimos, es denunciar la mala gestión del actual ejecutivo en algo tan trascendente para la ciudadanía como es la celebración de la Candelaria, sobre la que no están para nada de acuerdo y denuncian mala información y dejadez en el seguimiento que se hizo de las candelas. Evidentemente, con una oposición tan genuina como ingenua, al tiempo que despreocupada por el devenir de la ciudad, culpar únicamente al equipo de gobierno de una nefasta gestión en prácticamente todo lo que hace, nos parece exagerado e injusto. De hecho, estamos convencidos de que el actual alcalde, en caso de estar en la oposición, no permitiría que algo tan importante para la ciudad como es un plan estratégico terminado desde diciembre de 2006 y repleto de soluciones a los miles de problemas que acarreamos desde hace años, en estos momentos nadie supiera de él.
Y lo mismo podemos decir de Izquierda Unida y del Partido Andalucista, especialmente de este último, porque durante el tiempo en el que formó parte del gobierno municipal como socio del Partido Popular, obtuvo todo el rendimiento mediático que le fue posible, pero no fue capaz de imponer su criterio (si es que lo tuvo, naturalmente) ante sus socios de gobierno, que desde el primer momento se propusieron inmovilizarlo y esconderlo en lugar secreto, como así ha ocurrido. El discurso andalucista, una vez alejado de las responsabilidades municipales de gobierno, por aquello de que una cosa es hablar cuando se ostenta el poder y otra bien diferente cuando se está en la oposición, aseguraba que el plan estratégico tenía capacidad suficiente para dar respuesta a la mayoría de las necesidades de nuestra ciudad, y no sólo las actuales, sino también las de futuro. Izquierda Unida, en la misma línea, estaba convencida de que perdíamos el tiempo y los mejores momentos para reclamar del Estado y de la Junta ayudas para la viabilidad del plan.
Así las cosas, señoras y señores, si publicitamos a los cuatro vientos que hemos perdido o extraviado nuestro querido y amado plan estratégico, piedra filosofal y nirvana particular de una ciudad que entre todos la mataron y ella sola se murió, y le añadimos que rogamos su devolución por ser un recuerdo de familia, a lo mejor alguna alma caritativa se apiada de nuestra desgracia y nos lo hace llegar. Y si los especialistas creen que añadiéndole que se gratificará generosamente nos aseguramos su aparición, pues que no lo duden. Al fin y al cabo, se trata del dinero de todos.
Desde esa fecha hasta hoy, si exceptuamos alguna que otra referencia protagonizada por grupos políticos o colectivos, sólo el foro que se creó para el desarrollo de la ciudad, del que, por cierto, tampoco se sabe nada después de su primera aparición, reclamó su puesta en marcha basándose en que su implantación representaría el aprovechamiento de las soluciones que están reflejadas en este plan y que, sin embargo, duermen el sueño de los justos en el cajón de algún despacho municipal. Mientras tanto, los partidos políticos, especialmente el PSOE, no parece interesado en la reclamación de arma tan valiosa, y más cuando durante su mandato se decidió la contratación de este estudio. Su tarea, y a las pruebas nos remitimos, es denunciar la mala gestión del actual ejecutivo en algo tan trascendente para la ciudadanía como es la celebración de la Candelaria, sobre la que no están para nada de acuerdo y denuncian mala información y dejadez en el seguimiento que se hizo de las candelas. Evidentemente, con una oposición tan genuina como ingenua, al tiempo que despreocupada por el devenir de la ciudad, culpar únicamente al equipo de gobierno de una nefasta gestión en prácticamente todo lo que hace, nos parece exagerado e injusto. De hecho, estamos convencidos de que el actual alcalde, en caso de estar en la oposición, no permitiría que algo tan importante para la ciudad como es un plan estratégico terminado desde diciembre de 2006 y repleto de soluciones a los miles de problemas que acarreamos desde hace años, en estos momentos nadie supiera de él.
Y lo mismo podemos decir de Izquierda Unida y del Partido Andalucista, especialmente de este último, porque durante el tiempo en el que formó parte del gobierno municipal como socio del Partido Popular, obtuvo todo el rendimiento mediático que le fue posible, pero no fue capaz de imponer su criterio (si es que lo tuvo, naturalmente) ante sus socios de gobierno, que desde el primer momento se propusieron inmovilizarlo y esconderlo en lugar secreto, como así ha ocurrido. El discurso andalucista, una vez alejado de las responsabilidades municipales de gobierno, por aquello de que una cosa es hablar cuando se ostenta el poder y otra bien diferente cuando se está en la oposición, aseguraba que el plan estratégico tenía capacidad suficiente para dar respuesta a la mayoría de las necesidades de nuestra ciudad, y no sólo las actuales, sino también las de futuro. Izquierda Unida, en la misma línea, estaba convencida de que perdíamos el tiempo y los mejores momentos para reclamar del Estado y de la Junta ayudas para la viabilidad del plan.
Así las cosas, señoras y señores, si publicitamos a los cuatro vientos que hemos perdido o extraviado nuestro querido y amado plan estratégico, piedra filosofal y nirvana particular de una ciudad que entre todos la mataron y ella sola se murió, y le añadimos que rogamos su devolución por ser un recuerdo de familia, a lo mejor alguna alma caritativa se apiada de nuestra desgracia y nos lo hace llegar. Y si los especialistas creen que añadiéndole que se gratificará generosamente nos aseguramos su aparición, pues que no lo duden. Al fin y al cabo, se trata del dinero de todos.