miércoles, 23 de febrero de 2011

NUEVO CABEZA DE LISTA DEL PARTIDO ANDALUCISTA



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Sin lugar a dudas, la noticia del cambio de candidato a las elecciones del próximo mes de mayo por parte del Partido Andalucista, ha sido la noticia que más ha corrido en la ciudad desde ayer a mediodía. Y se entiende si tenemos en cuenta que hace sólo unos días, su presidente, señor Bellido, confirmaba lo que por otra parte era conocido, es decir, que no presentarían candidato porque se mantenía el mismo de las dos anteriores citas electorales, José Salas. Digamos por tanto que la suerte estaba echada y que de nuevo los andalucistas iniciarían la carrera hacia la Alcaldía-Presidencia de la ciudad con la persona que lo había hecho hasta entonces y, por ende, más conocida por la ciudadanía, detalle que, lo quieran o no, les ahorraba la inevitable inversión que representa dar a conocer a una cara nueva para encabezar su lista electoral. Los andalucistas, evidentemente, comienzan al recorrido desde cero y, consecuentemente, en clara desventaja con el resto de partidos, independientemente de que Francisco González sea por sí misma una persona muy integrada en la ciudad por las diferentes representaciones que ha ostentado y ostenta en organizaciones agrarias y colectivos sociales.

Una vez el panorama político nos ha permitido conocer que finalmente los partidos y organizaciones políticas que anunciaron su presencia en estas elecciones municipales no se presentarán, entre los cuales nos encontramos con el que nació al calor de la Cámara de Comercio e Industria, con UPyD y con el PIDAN, todo indica que los de siempre, Andalucista, Popular, Izquierda Unida y Socialista, tienen el camino expedito para acceder con más facilidad y desenvoltura al electorado y compartir sus preocupaciones. El que haya decidido esta organización cambiar a última hora su cabeza de lista puede deberse a razones que no nos han querido contar y que entendemos, pero todo indica que José Salas no contaba precisamente con el apoyo popular necesario para enfrentarse con posibilidades de éxito, y por tercera vez, a una elecciones municipales. Y debemos entenderlo como algo normal, que forma parte de lo razonable y que lo podemos comprobar en los sucesivos cambios registrados en otros partidos entre nosotros representados.

En cuanto a si el nuevo candidato reúne las características y condiciones precisas para atraer para su organización las simpatías en forma de votos que precisan para conseguir representación en el salón de Plenos de la Casa Consistorial, ni ellos mismos lo saben, y más teniendo en cuenta el papel desarrollado por el Partido Andalucista a lo largo de las dos últimas legislaturas, y muy especialmente la primera, cuando formó parte del gobierno municipal junto con el Partido Popular. Para lo bueno y para todo lo contrario, creer que la ciudadanía no tiene memoria es un lujo que puede echar al traste cualquier estrategia política o, por el contrario, encumbrar a quien menos posibilidades tenían antes de la cita electoral. Y es ahí, pensamos, donde reside el sí o el no de los andalucistas en nuestra ciudad, en que sepan vender lo que les corresponde por derecho y en rechazar lo que les han colgado como sambenito, y que tanto les daña.

Francisco González es un luchador nato, capaz de enfrentarse al problema convencido de de ganar. En su historial encontramos retos de enorme trascendencia en lo personal y en lo profesional, y por el momento siempre ha vuelto con las manos llenas o promesas aceptables. Aunque escasamente curtido en política municipal, a su favor cuenta con la clarividencia con la que afronta las situaciones con las que se ha enfrentado hasta ahora, que han sido muchas y todas de gran calado. Por otra parte, su imagen de hombre honesto y comprometido, su capacidad para la oratoria y la seguridad que transmite a quienes lo escuchan le servirá para integrarse con facilidad en la dinámica política de nuestra ciudad. Sólo necesita apoyos para obtener representación popular y eso es algo que está en el aire y que depende de infinidad de frentes, destacando por encima de todos el recibimiento que el electorado le proporcione. Por nuestra parte, nuestra más cordial bienvenida.