miércoles, 6 de abril de 2011

CON LA PRIMAVERA HAN LLEGADO LAS ALERGIAS

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Si le pican los ojos, le moquea la nariz, estornuda constantemente y tiene ronchas por todo el cuerpo, convénzase de que el enemigo conocido como alergia ha vuelto a atacarle y lo único que le apetece es hacerse un ovillo y esperar a que acabe la pesadilla. De hecho, está convencido de que tiene que haber algo que pueda hacer para encontrarse mejor, pero usted no lo conoce. La propia Medicina, que parece tener remedio para todo, aún no lo ha encontrado para las alergias, aunque es cierto que muchos de ellos, cuando están bien diagnosticados, reducen sus efectos y consecuencias. No obstante, hay cosas que pueden hacer para atenuar los síntomas de la alergia o para impedir que aparezca, aunque no podrán liberarse del todo de ella.

Con evidente diferencia, la estación en la que nos encontramos influye muy negativamente sobre millones de personas en todo el mundo. Entre nosotros, que tampoco íbamos a ser menos, las personas alérgicas han entrado en un período realmente complicado, de dificultades respiratorias, de problemas de sueño y de bajas médicas no deseadas, pero imprescindibles porque salir a la calle puede suponerles incluso la muerte. Es ahora cuando vemos a más personas portando mascarillas y cuando más ojos llorosos y toses compulsivas nos acompañan en casa o en el trabajo. Sin embargo, son los niños los que más sufren esta plaga precisamente porque su capacidad de defensa queda muy lejos de la de los adultos, ya que éstos, por conocer la enfermedad y saber cómo tratarla, suelen controlar sus síntomas e incluso los momentos de crisis. En cuanto a la medicación precisa para cuando menos paliar sus consecuencias, poco o casi nada se sabe. La medicación suele ser genérica y escasamente encontramos a un alérgico que haya sido diagnosticado como tal y que disfrute de medicamentos adecuados que la controlen y minimicen.

Dice la Medicina que una alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. En una persona que padezca alergia, el sistema inmunitario trata a la sustancia o alergeno como un invasor y de ahí que reaccione de manera impropia y que provoque síntomas que pueden ir de las molestias leves a problemas que suelen poner en peligro la vida de quien la padece, como ya hemos dicho anteriormente. Por otra parte, el sistema inmunitario de una persona alérgica, en un intento de proteger el cuerpo contra algo que percibe como una amenaza, produce anticuerpos denominados inmunoglobulina contra el alergeno, anticuerpos que a su vez hacen que unas células denominadas mostacitos liberen ciertas sustancias químicas, incluyendo la histamina, en el torrente sanguíneo para defenderse de alergeno invasor. Es la liberación de estas sustancias químicas lo que causa las reacciones alérgicas que afectan sobre todo a los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel y hasta el tubo digestivo. La posterior exposición al mismo alergeno, como pueden ser el polen o los frutos secos, volverá a desencadenar la misma reacción alérgica. Esto significa que cada vez que la persona se expongan a ese alergeno, sea comiendo determinados alimentos o bien tocando o respirando determinada sustancia, presentará una reacción alérgica.

De entre otras pautas a seguir para evitar la alergia y sus consecuencias, no debemos permitir, por ejemplo, que nuestras mascotas entren en algunas habitaciones, como el dormitorio, como también es aconsejable quitar alfombras, alfombrillas o moquetas de la habitación porque acumulan mucho polvo, y hay que deshacerse de objetos que tiendan a acumularlo, como es el caso de peluches o tapices. Si está diagnosticado como alérgico a los ácaros, utilice fundas especiales para cubrir las almohadas y los colchones; si lo es al polen, mantenga las ventanas cerradas cuando la polinización esté en su máximo apogeo, cámbiese de ropa cuando llegue a casa después de estar al aire libre y no se le ocurra, en caso de vivir en una chalet o viña, cortar el césped. A menudo se utilizan medicamentos para tratar esta enfermedad, pero aunque ayudan a controlar los síntomas, no la curan ni la pueden erradicar. Existen muchos fármacos eficaces para tratar las alergias comunes, pero en ningún caso debemos automedicarnos, ya que, aunque parecidas, ninguna alergia es igual a otra.