A partir de ahora, los y las que anuncien incapacidad o desgana en el comercio de la ciudad, no sólo quedarán desautorizados públicamente, sino que tendrán que apoyar su tesis en sólidas bases para justificar semejante disparate. Ciñéndonos exclusivamente a lo que vivimos y disfrutamos el sábado pasado, el sector comercial de la ciudad, y más concretamente los del centro, y aún más, los que se unieron desde el principio a la idea de abrir un sábado por la tarde hasta al menos las once de la noche para participar en un acontecimiento que se anunciaba como de gran importancia comercial, nos han dado a toda una lección de coherencia, intuición y responsabilidad. Por supuesto que aceptamos que en el desarrollo del evento se echó en falta experiencia y contundencia en algunas de las decisiones que se tomaron, pero nos quedamos con el conjunto y convencidos de que los que queden por venir habrán solucionado los escasos desencuentros que pudimos comprobar. De hecho, a dos días de la celebración, la práctica totalidad de los implicados califican lo del sábado como de extraordinario; es más, aseguran que en nuestra ciudad, fuera de las celebraciones que más público atraen a las calles del centro, como pueden ser semana santa y romería, no habían conocido la presencia de tantas personas en los comercios y, además, haciendo caja.
Por lo tanto, a partir de ahora, cuando de organizar convocatorias comerciales que persigan la motivación del comprador y la del comerciante se trate, habrá que poner como ejemplo el shopping night del sábado pasado. De éste se pueden y se deben obtener lecciones que poder aplicar al conjunto del comercio, sobre todo, en una clara demostración de que los responsables de la ciudad no deben promocionar exclusivamente unas calles en detrimento de otras, cuando de lo que se trata es de promocionar nuestro comercio en el exterior. Como hemos tenido oportunidad de expresar en otras ocasiones, Andújar fue durante muchos años la referencia comercial de la comarca e incluso de fuera de ella, y lo consiguió con el esfuerzo, el tesón y la visión comercial de muchos de sus empresarios, que supieran ofertar lo que en ciudades de mayor densidad demográfica y rango no tenían. Fue como un milagro económico que ciertamente supimos rentabilizar a corto plazo, pero no de mantenerlo.
Desde hace años, sin conocer las razones, la realidad es que hemos perdido grandes ocasiones de volver a las andadas, de recuperar el puesto de honor del que hemos disfrutado en otras épocas, pero no siempre las intenciones se cuajan y los resultados no han sido los mismos. No obstante, y también lo hemos dicho, nuestra ciudad puede presumir de un comercio diversificado y con capacidad competitiva, que sólo necesita, por ejemplo, que las organizaciones que dependen de ellos apliquen sus conocimientos y sus esfuerzos a favor de una proyección comercial capaz de atraer la atención de propios y extraños. Y eso es lo que se consiguió el sábado pasado, que hasta aquí vinieran de las ciudades próximas en busca de una fiesta que se vivió en la calle y que sirvió para mostrar nuestra capacidad comercial de forma muy profesional.
Recuerden que el shopping night nos ha servido a todos para sacar conclusiones personales y colectivas. Consecuentemente, lo que interesa ahora es no perder el gran tirón de esta fiesta y encontrar pronto fórmulas que permitan la continuidad de algo que, a todas luces, ha supuesto un antes y un después en la ciudad. Si se ha conseguido un público presto a la participación y un empresariado convencido de que las nuevas ideas, cuando son planteadas y desarrolladas por profesionales, siempre dan buenos resultados, volver a caer en la monotonía puede suponer un revés del que nos costará salir. Eso sí, aunque lo fundamental es que las bases se hayan puesto sobre sólidos convencimientos, hay que seguir el camino trazado, para lo que nosotros entendemos imprescindible el apoyo del empresariado de nuestro comercio.