Justo cuando estrenamos mes conocemos nuevos datos sobre la suerte de miles de mujeres que padecen persecución y amenazas de muerte por parte de sus parejas. Según los datos que hemos conocido la semana pasada, siete de cada diez mujeres víctimas de la violencia de género no habían presentado denuncia previa contra su agresor y seis de cada diez mantenían en el momento de perder la vida un vínculo afectivo con su agresor, detalle que, aparte de mostrar una situación por sí misma muy peligrosa, añade luz sobre muchos de los casos que acaban con la vida de las mujeres. Es uno de los datos del Informe sobre la violencia de género y de la violencia doméstica en el ámbito de la pareja o expareja de 2010, que ha sido elaborado por el Consejo General del Poder Judicial y que pertenece al Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.
De las 22 mujeres que sí habían denunciado en algún momento de su relación con el agresor, el 36 % renunció a seguir con el procedimiento y trece contaban con una orden de protección en vigor. Como dato que nos aproxima a la realidad de los juzgados de nuestro país, sepan que durante 2010 éstos ordenaron 30.473 órdenes de protección. También sabemos que el 62 % de las víctimas eran españolas y el 38 %, extranjeras, lo cual refleja una especial sobrerrepresentación de las mujeres extranjeras si se tiene en cuenta que el pasado año suponían un 11,47 % de la población femenina en España. Por otro lado, en un 18 % de los casos, el agresor se suicidó tras matar a su víctima, frente al 24 % registrado en 2009; otro 16 % intentó suicidarse y un 12 % se entregó a la policía. En el 46 % de los casos el agresor fue detenido poco después y un 8 % huyó.
Del estudio que les comentamos se desprende que, en los casos de denuncias, las mujeres afectadas las presentaron por hechos de aparente menor gravedad, como es el caso de insultos, desprecios o humillaciones, y deja patente que aún es necesaria una mayor implicación del entorno familiar y vecinal. Tanto es así, que el informe analiza por primera vez la actitud de los testigos de los malos tratos e indica al respecto que aún existe una escasa participación de familiares y vecinos a la hora de denunciar estos hechos. Además, según el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial, la edad media de las víctimas de violencia machista bajó en 2010 hasta los 41 años, frente a los 44 de 2009. El informe constata que el pasado año murieron 73 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, lo que supone un incremento del 32,7 % con respecto a 2009, año en el que fueron asesinadas 55. La gran mayoría, concretamente un 74 %, fue asaltada en su domicilio.
El Observatorio ha destacado las aportaciones del informe, puesto que analiza las actitudes de la víctima, las de su agresor, su entorno y el comportamiento de las instituciones y colectivos implicados. Según este organismo, el informe demuestra que el asesinato no es un hecho aislado, súbito o repentino, sino que viene precedido de insultos o vejaciones que constituyen un indicador de riesgo y un aviso para el control policial de la víctima. De hecho, este estudio confirma que las amenazas y el miedo expresado por la mujer, son los primeros signos de alerta. Y va un poco más lejos cuando afirma que es preocupante que siete de cada diez mujeres que perdieron la vida en 2010 no habían denunciado a su agresor.
En cuanto a los hombres, que también son víctimas de la violencia femenina, el número de los que perdieron la vida presuntamente a manos de sus parejas o exparejas ascendió a siete el año pasado, frente a los diez casos registrados en 2009. De ellos, seis murieron a manos de una mujer y uno a manos de un hombre. La edad media de los hombres muertos es de 42,6 años, y todos ellos mantenían la convivencia con su agresora/agresor en el momento de su fallecimiento. Solo en un caso se produjo denuncia previa y fue por parte de la mujer. Con respecto a sus nacionalidades, cuatro eran españoles y tres extranjeros.