Por supuesto que no será la primera ni la última vez que compartamos un comentario que tenga su origen en las mafias u organizaciones dedicadas a estafar a personas que buscan trabajo y que son capaces de realizar cualquier esfuerzo con tal de conseguirlo. La necesidad de obtener un empleo lleva a no pocas personas a embarcarse en negociaciones turbias o al menos no claras del todo, quizá porque no disponen de más ingresos que la ayuda familiar y las necesidades mínimas de la familia no se cubren desde hace tiempo. El caso que les contamos ha ocurrido en Castellón, donde han sido detenidas veintidós personas acusadas de un delito de falsificación de documentos, estafa e inmigración clandestina, y de un delito contra los derechos de los trabajadores. La operación ha permitido desarticular un grupo que vendía ofertas de empleo y contratos de trabajo fraudulentos para obtener autorizaciones de residencia y trabajo en España.
El asunto lo tenía controlado la Policía Nacional desde 2010, cuando tuvo conocimiento de que un grupo de personas extranjeras, principalmente originarias de Marruecos y Rumanía, venían solicitando desde 2006 autorización para residir y trabajar en España, aportando para ello ofertas de empleo y contratos de trabajo que habían obtenido de una gestoría de Castellón. Para obtener estas ofertas de empleo o contratos de trabajo, los ciudadanos extranjeros debían pagar cantidades que oscilaban entre los 400 y los 3.000 euros, y se comprobó que se habían tramitado solicitudes de autorización de residencia y trabajo referidas a 417 empresas de la provincia de Castellón. En total se presentaron 5.016 solicitudes. Y no crean ustedes que las tareas que la gestoría castellonense realizaba eran gratuitas, puesto que se calcula que al menos ha ingresado un millón de euros por este fraudulento negocio.
Entre nosotros, no faltan las ofertas de empleo, especialmente aquellas que tienen relación con las oposiciones a las Administraciones públicas, que parecen ser las más reclamadas entre las personas que andan en busca de empleo. Por el momento, lo primero que falsean es el número de plazas que aseguran se convocan, y más si tenemos en cuenta que el actual Gobierno de la nación ha cancelado en la práctica la totalidad de estas ofertas y que solo se mantienen las ligadas a concretos ministerios y departamentos del Estado. Y luego nos queda la fórmula mágica que nos aseguran estas empresas que nos permitirá disputar la plaza en cuestión en las mejores condiciones: estudiar, estudiar y estudiar. Y luego, ya veremos. Eso sí, es imprescindible que adquiramos sus temarios, porque los de otras empresas dedicadas al mismo negocio no ofrecen las mismas garantías. Del precio poco podemos decirles, porque varían entre ellas a veces de forma exagerada, pero desde luego que menos de dos mil euros por temario no nos lo quita nadie. Una vez en nuestro poder, si tenemos la suerte de que esté actualizado y que efectivamente responda a lo que en el examen nos preguntarán, solo es imprescindible aprendérselo de memoria, y luego suerte, porque la vamos a necesitar.
Aunque cada cual decidirá en libertad el método que crea más fiable para acceder a opositar y convencerse de su idoneidad, lo de las clases presenciales sigue siendo la fórmula más compartida y la que parece consigue mejores resultados. Huir de quienes nos exigen el dinero por adelantado, de quienes no aclaran sus razones ni sus métodos y muestran total oscurantismo mientras mantenemos contacto con ellos, y que perderemos, por cierto, en cuanto les enviemos el dinero que nos solicitan, entendemos que es una decisión cuando menos inteligente. Antes de nada conviene que nos informemos, porque de otra forma no deberíamos de tomar una decisión que no nos ofrece ningún tipo de seguridad.