
Un total de diez personas han perdido la vida y
otras cinco han resultado heridas, cuatro de ellas graves, en los nueve
accidentes mortales ocurridos en las carreteras españolas entre las tres de la
tarde del jueves y la medianoche del domingo. Estas son las cifras oficiales
aportadas por la Dirección General
de Tráfico. Con estos datos podemos asegurar que se trata del puente del Pilar
con menos muertos en carretera desde que se disponen de datos. En 2009, que es el
último año comparable, puesto que también hubo tres días de puente, perdieron
la vida 11 personas, y un año antes, con los mismos días festivos, fallecieron
34. En 2010, con un día más de vacaciones, murieron 26 personas. En cualquier
caso, el número de vehículos y de desplazamientos ha disminuido de manera
significativa, concretamente, y de acuerdo con la información de Tráfico, se
han producido 4,4 millones de viajes, 400.000 menos que la última vez que hubo
tres días de descanso por la festividad de la Virgen Pilar.
Entrando en detalles les diremos que de los nueve
accidentes, cinco han sido por salidas de vía, dos por colisiones y dos por
atropellos a un peatón. El domingo, con seis víctimas mortales, fue el día de
mayor siniestralidad. El accidente que produjo el peor de los resultados lo
protagonizó un vehículo que se salió de la vía y colisionó en la N-432 a su paso por Badajoz.
En el accidente murieron dos personas, de 52 y 31 años, y un bebé resultó
herido leve. En lo que va de año, hasta el 14 de octubre, se llevan contabilizados
1.065 fallecidos, 107 menos que hasta la misma fecha del año pasado, lo que
supone una caída del 9,2 %.
Evidentemente, todo lo que sea restar supone un
alivio para todos los que estamos implicados en la accidentalidad que se
contabiliza en nuestro país, ya que también todos formamos parte del grupo que
se juega la vida en cuanto ponemos nuestro automóvil en marcha. Lo que ocurre
es que cuando se analizan los números y se comprueba que la reducción de la
mortalidad en una festividad que ha movido más de cuatro millones de
desplazamientos, lo normal es que nos animemos y lleguemos a la conclusión de
que, si ponemos algo más de interés y le dedicamos a la conducción todo lo que
hemos aprendido a lo largo de los años, esta terrible cifra puede reducirse aún
más. Y ese debía ser el objetivo y no tanto de las autoridades como de nosotros
mismos, que somos finalmente quienes sufrimos las consecuencias del accidente.
Como hemos tenido oportunidad de reflejar en otros
momentos, los accidentes, todos, están ligados a la actitud de los conductores,
y no siempre por cómo conducen y sí por cómo cuidan a su vehículo. Recordemos
que si fallan los frenos, por ejemplo, antes se debió comprobar su estado, y lo
mismo con los neumáticos y el resto de componentes, que no son para nada
exigentes en su vigilancia y control, pero sí que cuando demandan asistencia
debe proporcionársele de manera inmediata. Si nos vemos obligados a reducir
gastos, que la crisis nos está limitando claramente nuestros movimientos, quizá
deberíamos pensar en dejar el coche aparcado más tiempo del habitual y echar
mano del transporte público. Todo antes de caer en el error de creer que no nos
va a ocurrir nada y que el vehículo todavía aguantará unos kilómetros más. Nos
estamos engañando nosotros mismos y, lógicamente, nos estamos jugando nuestra
vida y las de los demás.