Para la familia del joven y de la chica que viajaba
con él en su vehículo y que chocó frontalmente con el coche del otro conductor
que circulaba en sentido contrario y que responde a la abreviatura de R. J. R.
S., es como si no hubiera pasado nada. Y todo porque había cumplido solo diez
meses de la sentencia de trece años con la que fue condenado, ya que ha sido
indultado por el Gobierno. La asociación Stop Accidentes de Valencia, que fue
donde tuvo lugar el desgraciado accidente,
ha denunciado la decisión adoptada por el Consejo de Ministros, porque
entiende que es como un jarro de agua fría que le ha caído encima a la familia
y los integrantes de su asociación. De entre las actuaciones que tienen
previstas, informar a la Fiscalía
de Seguridad Vial para que tenga conocimiento de esto tipo de indultos.
El autor del accidente fue condenado, el 17 de
enero de 2011, a 13 años de cárcel por la Audiencia Provincial
de Valencia, como autor de un delito de conducción con grave desprecio para la
vida de los demás en concurso ideal con un delito de homicidio, un delito de
lesiones, una falta de lesiones y una falta de daños. Su abogado intentó
recurrir la sentencia al Tribunal Supremo, pero no la admitió a trámite. El
Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Justicia, señor Gallardón, conmutó
la pena de prisión por otra de dos años de multa, algo más de 4.000 euros, y
desde el pasado día 5 disfruta de total libertad. De acuerdo con la apreciación de la familia,
es imposible estar de acuerdo, ya que condujo cinco kilómetros en sentido
contrario, mató a una persona y dejó heridas a varias. Y de la misma opinión es
la Asociación
Estatal de Víctimas de Accidentes, DIA, que añade que no se
trata de un hecho aislado y sí de algo que sucede periódicamente. E insiste en
que el Gobierno no tiene ningún argumento que cambie los hechos acontecidos, y,
sin explicación alguna, le concede el indulto al autor de este delito contra la
seguridad vial.
Según la sentencia condenatoria, el 1 de diciembre
de 2003, R. J. R. S. golpeó su vehículo contra otro cuando circulaba por la A-7 , por lo que tuvo que
retirarse al arcén y dio aviso de lo ocurrido a los servicios de emergencia. A
continuación accedió a la AP-7
por el peaje de Silla y, a la altura del punto kilométrico 551-552, efectuó un
cambio de sentido, comenzando seguidamente a circular en sentido contrario a
gran velocidad. Cinco kilómetros después, en el tramo Silla-San Juan, a la
altura del municipio de Polinya de Xúquer, colisionó frontalmente con un turismo.
El conductor murió y su acompañante resultó herida grave. Es el macabro resumen
de un accidente que reúne todos los elementos habidos y por haber para que la Justicia no permitiera
que, posteriormente y sin apenas detalles, el Gobierno dejara a jueces y
fiscales a la altura de una zapatilla indultando a quien se llevó por delante a
una persona y dejó herida de consideración a otra.
Si tenemos en cuenta que los accidentes suponen al
Estado mucho más que dinero, que generan infinidad de entregas de colectivos,
como sería el caso de los sanitarios, ambulancias, aseguradoras, hospitales,
grúas, talleres mecánicos, informes y atestados, y que representan muchos miles
de euros, el que un conductor cometa el error de generar un accidente debía ser
penado con contundencia, y más, como es el caso, decide circular por una
autopista por el carril contrario y a gran velocidad. El señor Gallardón, que
ha sido el que finalmente ha plasmado su firma y ha autorizado el indulto a
este conductor asesino, tendrá sus razones, pero desde luego que no
coincidimos, como le ocurre a la familia y a las asociaciones ligadas a la
erradicación de la accidentalidad en carretera, con él y estamos radicalmente
en contra. Como escuchamos a algunos de los asistentes en las manifestaciones
que se han convocado en contra de este indulto, en España lo de matar a alguien
en carretera no cuesta nada.
