El pacto anticorrupción que tanto
satisfaría a la ciudadanía, sigue sin redactarse y posteriormente firmarse por
todos los partidos políticos. El hecho de que su demanda venga de lejos en el
tiempo y de que se recupere su necesidad cuando conocemos casos de este corte,
viene a confirmar que los políticos tienen intereses muy concretos en que este
pacto no exista. Y muy especialmente los del Partido Socialista y de los
Partido Popular, que recordemos son los dos grandes partidos del país y los que
pueden o no propiciar este pacto. Así las cosas, que en la calle se llegue a la
elemental conclusión de que, al no existir control oficial alguno, pueden
seguir robando a cara de perro, es lo más compartido que escuchamos. Y se lo
tienen bien ganado, porque tiempo de sobra han tenido y su negativa a su
implantación confirma que les va mucho mejor dejando las cosas como están. Por
el momento, Izquierda Unida, con unos cuantos casos; Convergencia y Unión, que ha venido
arrastrando uno por nada menos que dieciséis años y que corresponde
íntegramente a Unión y no a Convergencia, que, por otro lado, está inmersa en
una investigación ligada a la familia de Jorge Pujol, y financiación ilegal de
su organización; Partido Socialista, con un número indeterminado de casos, pero
desde luego importante, y Partido Popular, que también tiene por qué callar,
sobre todo por la corrupción de Baleares, comunidad valenciana, y ahora por lo
de los sobres en dinero negro que supuestamente recibían hasta ayer mismo
algunos dirigentes del partido, son los que han sacado los pies del plato y los
que se han beneficiado de un dinero que no les correspondía y que nadie sabe en
realidad a qué lo han destinado ni qué cantidad.
Se sabe, eso sí, que la supuesta
fidelidad inquebrantable a sus ideales de los políticos, de la que por cierto
han presumido siempre que les hemos dado la oportunidad, la han dejado tirada en la cuneta y por el
momento nadie da datos de ella. Decididamente, el pacto anticorrupción debía
implantarse a partir de mañana mismo. Todo lo demás, es decir, declaraciones
sobre el sexo de los ángeles o los problemas de la menstruación de la perdiz de
Porcuna, por ejemplo, no nos sirven, que para eso hemos crecido física e
intelectualmente y lo que demandamos es rigor y control para unas cuentas como
las del Estado, que recordemos es dinero de todos y no de unos cuantos. Y es
que en lo de la corrupción hay que ir más lejos, porque es evidente que lo de
los políticos se nos está quedando corto, y si no, echen mano del asunto
Urdangarín, que cada día que amanece aporta un escándalo más que añadir al ya
de por sí monstruoso sumario. Es tal el despropósito que este deportista unido
a la realeza ha cometido, que no tardará en conseguir que, en caída libre, la
infanta sea imputada y se vea obligada a declarar como tal en un juicio que
promete dañar todo lo que encuentre por delante. Por el momento, la
Casa Real , en contra de su voluntad, está
metida hasta el corvejón y le será difícil salir indemne de todo este lío.
Consecuentemente, se entiende que lo de llegar a un acuerdo que permita un pacto firme y decidido que controle el dinero del Estado y acabar con los mangantes de tres al cuarto que aparecen a diario, es de evidente necesidad y urgencia. Mientras no se firme, mientras no se decida qué penas caerán sobre los corruptos, mientrasla
Justicia se muestre sólo exigente con los más débiles y
permisiva, o al menos es la impresión que da, con los poderosos, España será un
país diferente, pero no por el sol que nos calienta y que atrae a tantos
turistas, ni por los platos típicos de los que tanto nos gusta presumir, sino
por el número de ladrones de guante blanco que mantenemos en nómina.
Consecuentemente, se entiende que lo de llegar a un acuerdo que permita un pacto firme y decidido que controle el dinero del Estado y acabar con los mangantes de tres al cuarto que aparecen a diario, es de evidente necesidad y urgencia. Mientras no se firme, mientras no se decida qué penas caerán sobre los corruptos, mientras
