martes, 5 de febrero de 2013

¿PARA CUÁNDO EL PACTO ANTICORRUPCIÓN?

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El pacto anticorrupción que tanto satisfaría a la ciudadanía, sigue sin redactarse y posteriormente firmarse por todos los partidos políticos. El hecho de que su demanda venga de lejos en el tiempo y de que se recupere su necesidad cuando conocemos casos de este corte, viene a confirmar que los políticos tienen intereses muy concretos en que este pacto no exista. Y muy especialmente los del Partido Socialista y de los Partido Popular, que recordemos son los dos grandes partidos del país y los que pueden o no propiciar este pacto. Así las cosas, que en la calle se llegue a la elemental conclusión de que, al no existir control oficial alguno, pueden seguir robando a cara de perro, es lo más compartido que escuchamos. Y se lo tienen bien ganado, porque tiempo de sobra han tenido y su negativa a su implantación confirma que les va mucho mejor dejando las cosas como están. Por el momento, Izquierda Unida, con unos cuantos casos;  Convergencia y Unión, que ha venido arrastrando uno por nada menos que dieciséis años y que corresponde íntegramente a Unión y no a Convergencia, que, por otro lado, está inmersa en una investigación ligada a la familia de Jorge Pujol, y financiación ilegal de su organización; Partido Socialista, con un número indeterminado de casos, pero desde luego importante, y Partido Popular, que también tiene por qué callar, sobre todo por la corrupción de Baleares, comunidad valenciana, y ahora por lo de los sobres en dinero negro que supuestamente recibían hasta ayer mismo algunos dirigentes del partido, son los que han sacado los pies del plato y los que se han beneficiado de un dinero que no les correspondía y que nadie sabe en realidad a qué lo han destinado ni qué cantidad.


Se sabe, eso sí, que la supuesta fidelidad inquebrantable a sus ideales de los políticos, de la que por cierto han presumido siempre que les hemos dado la oportunidad,  la han dejado tirada en la cuneta y por el momento nadie da datos de ella. Decididamente, el pacto anticorrupción debía implantarse a partir de mañana mismo. Todo lo demás, es decir, declaraciones sobre el sexo de los ángeles o los problemas de la menstruación de la perdiz de Porcuna, por ejemplo, no nos sirven, que para eso hemos crecido física e intelectualmente y lo que demandamos es rigor y control para unas cuentas como las del Estado, que recordemos es dinero de todos y no de unos cuantos. Y es que en lo de la corrupción hay que ir más lejos, porque es evidente que lo de los políticos se nos está quedando corto, y si no, echen mano del asunto Urdangarín, que cada día que amanece aporta un escándalo más que añadir al ya de por sí monstruoso sumario. Es tal el despropósito que este deportista unido a la realeza ha cometido, que no tardará en conseguir que, en caída libre, la infanta sea imputada y se vea obligada a declarar como tal en un juicio que promete dañar todo lo que encuentre por delante. Por el momento, la Casa Real, en contra de su voluntad, está metida hasta el corvejón y le será difícil salir indemne de todo este lío.

Consecuentemente, se entiende que lo de llegar a un acuerdo que permita un pacto firme y decidido que controle el dinero del Estado y acabar con los mangantes de tres al cuarto que aparecen a diario, es de evidente necesidad y urgencia. Mientras no se firme, mientras no se decida qué penas caerán sobre los corruptos, mientras la Justicia se muestre sólo exigente con los más débiles y permisiva, o al menos es la impresión que da, con los poderosos, España será un país diferente, pero no por el sol que nos calienta y que atrae a tantos turistas, ni por los platos típicos de los que tanto nos gusta presumir, sino por el número de ladrones de guante blanco que mantenemos en nómina.