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Como era de esperar, a lo largo de la
semana pasada, el desarrollo de la romería ha sido el principio y fin de todas
las conversaciones, foros y encuentros. No ha faltado partido político y su correspondiente
líder o representante que no nos haya citado a los medios de comunicación con
el único fin de que, como mediadores excepcionales que somos, lleváramos su
mensaje a todos ustedes, trabajo que hemos hecho con sumo gusto,
naturalmente. Otra cosa es lo que en el fondo nos ha quedado, porque les
supongo a ustedes convencidos de que también nosotros tenemos nuestro
corazoncito y, claro, nuestra particular opinión. Con eso queremos decirles
que, evidentemente, de acuerdo no podemos estar con todas las opiniones que nos
han dado. La razón: que cada uno de ellos parece que ha vivido una romería que
no tiene mucho que ver con la que hemos vivido nosotros, detalle por sí mismo
preocupante si sabemos que lo que han pretendido todos ellos ha sido convencernos
de que su romería ha sido la mejor o la peor, dependiendo de qué intereses
políticos guía su convocatoria. Por lo tanto, pocos defectos encontramos en lo
que desde el Ayuntamiento nos han hecho llegar y todo lo contrario en el resto
de partidos políticos.
Lo que ocurre es que este año parece que la calle, romeros, peregrinos, caballistas, amazonas, carreteros y demás desplazados hasta nuestra ciudad y posteriormente al cerro de
Mientras tanto, nuestro consejo es que no desesperen ni pierdan fuerza sus comentarios en favor de aportarlos allí donde estén seguros que tendrán más repercusión que si los hacen donde habitualmente solemos expresarnos con más ganas, o sea, en el bar compartiendo nuestro tiempo de ocio con los amigos. Y como es así, como es la compartida manía que tenemos de dar nuestra opinión, cuanto antes aceptemos que no servirá de nada, mejor para nuestra salud. Y que conste que no hace falta que la romería esté de por medio, porque de todos es conocido que lo de menos es la razón si lo que se quiere es criticar, que eso se nos da extraordinariamente bien. Por eso deberían estar atentos a la convocatoria y dedicarnos su tiempo, porque será el mejor lugar en donde relatar sus vivencias y dejar constancia de su parecer. La romería es por el momento, el único acontecimiento popular con una gran capacidad de convocatoria que se desarrolla en nuestra ciudad, pero del que nos aprovechamos económicamente muy poco. No sabemos quién es el culpable y si de hecho lo hay, pero sí que sabemos que perdemos una gran oportunidad de negocio, una más, que se nos pone en bandeja y de la que nunca hemos obtenido ventaja alguna. Si acaso, los miles de euros que se nos van en organizarla.