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El
hecho de que esta semana cuente con un día festivo y que éste caiga
en viernes, nos obliga a plantearnos nuestra intervención para el
fin de semana un día antes. Y todo porque especialmente en esta
ocasión, con una jornada festiva de por medio, hará que sean
millones las personas que decidirán ponerse en carretera en busca de
descanso o de familiares alejados geográficamente y de los que
necesitan saber periódicamente. Es por esto que hoy lo dedicaremos a
la circulación, a ese fenómeno de masas que tanto dolor de cabeza
nos proporciona y que tanto daño nos hace a veces. Ya sabemos que la
mejor interpretación que en la calle se hace de los accidentes de
tráfico y sus consecuencias lo confirma en el que entre nosotros lo
califiquemos de lotería, es decir, que el día menos esperado te
puede tocar y de qué forma. Y es así, aunque debamos añadirle que
no todos ayudan a que esta posibilidad sea cada vez más real, que
son precisamente aquellos que hacen todo lo posible por evitar
cualquier posibilidad de error, desde no caer en la tentación de
consumir bebidas alcohólicas sabiendo que tienen que conducir hasta
los que comen comedidamente y descansan antes del viaje para evitar
cansancios prematuros y despistes peligrosos, pasando por los que
mantienen coherencia máxima en la totalidad del recorrido.
Los
otros, que también son legión y que andan camuflados entre la
mayoría, que los conocemos como los que no parecen tener
limitaciones de ningún tipo a las que respetar y que procuran por
todos los medios que sus decisiones al volante de su coche sean
detectadas por los demás usuarios, a los que por cierto menosprecian
descaradamente, son los peligrosos, los que harán todo lo posible
por amargarnos el viaje, los que nos obligarán a activar todas las
alarmas y los que, mientras que mantengamos en contacto visual con
ellos, nos someterán a sus caprichos. Y si esta situación la
padecemos en autovía, ya me dirán ustedes cuando esto ocurre en una
vía convencional, donde la necesidad de espacio es más necesaria,
cuando el mal estado del asfalto añade inseguridad a nuestro
vehículo, cuando los adelantamientos se convierten en segundos de
alta peligrosidad, cuando las caravanas pueden llegar a acumular
varios coches y por mucho tiempo… Pues ahí están, mostrándonos
su supuesta supremacía al volante siempre que tienen ocasión y más
si van acompañados, porque entonces son realmente muy peligrosos.
Pero
no queremos ir más lejos ampliando los conocimientos que ustedes
tienen de estos energúmenos. Sólo advertirles, eso sí, que también
estarán en el viaje, que sus previsiones de poner en coche en
carretera son las mismas que las de ustedes y de que deben evitarlos
siempre que les sea posible. Abundando sobre este tema, sepan que
hemos conocido unos datos cuando menos llamativos, según los cuales
casi cien de los fallecidos en nuestras carreteras en 2011 lo fueron
como consecuencia de los piques, de los absurdos enfrentamientos de
unos contra otros teniendo de por medio el coche como arma
comparativa, como si a alguno de ellos le fuera en este duelo la
pérdida de la venta de un vehículo, como si estuvieran obligados a
defender la marca elegida con su propia vida, como si en fin fueran
obligados por las circunstancias a demostrarse a sí mismos que
a conducir no les gana nadie. Lo que ocurre es que al mismo tiempo
puede que ustedes pasen por allí, que, de darse la maldita
coincidencia de tiempo-espacio, lo más probable es que se vean
involucrados en una situación del alto riesgo de la que pueden
desprenderse chispas incendiarias.
Con
un puente festivo que vivir y siendo conscientes de que seremos
millones los que querrán disfrutarlo intensamente, lo mejor es
elegir el recorrido con tiempo, la hora de salida y plantearse el
desplazamiento convencidos de que fácil no será. Por lo tanto, si
evitamos los excesos y mantenemos la cordura que demanda la
situación, convencidos quedamos que efectivamente serán unos días
de descanso familiar. Es nuestro deseo y así se lo hacemos llegar.
Que ustedes lo disfruten.