lunes, 4 de noviembre de 2013

LLEGA NOVIEMBRE, EL MES PUENTE

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Eso de iniciar un mes que, a nivel laboral, comience a contar desde el día 4, qué quieren que les diga, que nos gusta. Y eso es lo que ocurre con noviembre, que lo hemos iniciado en viernes festivo, luego sábado y finalmente domingo. No obstante, lo que sí deseamos fervientemente es que el gran día de Todos los Santos lo hayan vivido como éste demanda desde tiempo inmemorial, es decir, saliendo al campo con las viandas preparadas y prestos a pasar una jornada entre familia y amigos. Por lo que hemos podido ver, que para eso recorrimos los lugares más emblemáticos de la inmensa naturaleza que nos rodea, la afluencia ha sido masiva y el entendimiento entre unos y otros destacable. En cuanto a la habitual generosidad que sobre todo estos días prima entre los que van y vienen, en ningún momento nos faltó alimento ni bebida, confirmándose que Andújar tiene una peculiar manera de recibir a quienes desean conocer a sus gentes.

Ahora nos queda por delante un mes que, lo queramos o no, nos llevará directamente al gran mes del año, el que nos hace mejores y más solidarios, el que nos obliga a jugarnos el poco dinero que nos queda en busca de un gordo que siempre ha pasado por delante de nosotros y nunca se ha detenido a dejarnos algún pellizco de importancia. Noviembre es un mes de paso, como de obligado cumplimiento, porque el que en realidad esperamos con los brazos abiertos es el otro, diciembre, que vendrá con la familia que reside fuera y la que tanto echamos de menos y con los amigos que andan con los estudios a cuestas por medio mundo. Es el mes en el que más cantamos, el que más abrazos y besos damos y recibimos, y cuando más solidarios y generosos nos mostramos con los demás. Diciembre es el mes que nos cambia, que influye en todos nosotros de forma visible, que nos traslada como ningún otro a nuestra infancia y en el que, sin darnos cuenta, abrimos nuestro corazón a todo el que nos pide ayuda.

Noviembre, que es tan imprescindible en el contador de nuestras vidas como cualquier otro, suele ser un mes anodino, que trasciende en muy escasas ocasiones y que no suele contener acontecimientos de importancia. Si acaso, es el período en el que comienzan a cerrarse encuestas, a confirmarse datos económicos y a preparar las liquidaciones empresariales, tarea muy necesaria si tenemos en cuenta que llegar a diciembre con las obligaciones casi terminadas supone un descanso añadido para dedicárselo a menesteres más lúdicos. Hace un par de años, por ejemplo, sí que contuvo un acontecimiento de los que podemos denominar como muy importante, ya que se convocaron elecciones generales, que por cierto ganaron por mayoría absoluta los populares, y esto supuso una inyección de ánimo para las almas y económica para un sinfín de empresas, y no menos para los electores, que por entonces buscaban la salida al callejón en el que poco a poco nos habían metido y del que no sabíamos salir. Hoy, con la perspectiva que nos da el tiempo, vemos que seguimos en las mismas, si no peor, porque lo de esta crisis parece no tener fin por mucho que desde la política nos envíen mensajes de que todo está reparado y que pronto cambiarán las cosas a mejor.


De la meteorología que nos traerá noviembre sabemos bien poco, por no decir nada, pero de mantenerse los datos habituales, el frío y la lluvia serán los dos protagonistas destacados. El dato más alentador de este mes es sin duda la recogida de aceituna, que es en éste cuando mayoritariamente se inicia y que dará trabajo a miles de personas, detalle que por sí mismo es capaz de animar al más recalcitrante de los pesimistas. Los tajos aceituneros se llenaran de color, cantos y alegría mal contenida, conscientes ellas y ellos de que estos días supondrán aportaciones de oro a las peonadas que acumulan y que tanto necesitan para cobrar las ayudas sociales y mantener sus derechos intactos con la sanidad pública. Sólo por eso vale la pena transitar por noviembre. Porque veremos a más gente feliz, y eso es algo que escasea y que nos hace sufrir.