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Con
la que ha caído y seguirá cayendo, lo que sabemos padecen muchas
familias en España y algunas muy próximas a nosotros, parece que no
existe más motivo de preocupación entre muchos de nosotros que el
que dos de los futbolistas más emblemáticos e importantes del
mundo, Mesi y Cristiano, estén lesionados o en baja forma. Sin
embargo, en lo que parece no caemos es en que estos dos chicos se
entretienen en llevarse a su cuenta particular cientos de millones de
euros al año, la mitad porque así figura en su contrato, y la otra
por anuncios televisivos y el patrocinio de las marcas que los han
elegido como sus representantes. Es tal la cantidad de dinero que
acumulan que de él podrán vivir unas cuantas generaciones de
familiares sin necesidad de dar un palo al agua, lo que no sólo nos
debería llamar la atención, sino que deberíamos de pedir un poco
de sentido común. Pero que conste que estas dos figuras de fútbol
no están solas, ya que no hace tanto el Real Madrid decidió abonar
la cláusula del contrato de un joven inglés llamado Bale y tuvo que
desembolsar nada menos que noventa millones de euros.
Que
el mundo del fútbol es un caso aparte lo demuestra el hecho de que
su deuda sume millones de euros, concretamente de los 38
clubes profesionales, incluidos los de primera y segunda, excepto
Barcelona y Madrid y sus correspondientes filiales, es
a 30 de julio de 2012, de 2.700
millones de euros.
Sin ir más lejos,
el Madrid tendría un pasivo de nada menos que 541 millones, que se
desglosa en 115 millones adeudados a bancos y entidades de crédito;
127, a clubes; 143 para periodificación y provisiones y 156 más
incluidos en el apartado de negocios, donde se incluyen salarios,
compra de servicios y mercancías. En cuanto a por qué no se suman
los dos grandes del fútbol español a estas cuentas, parece que se
debe a que ambos clubes tienen una gran capacidad para generar
recursos. No obstante, la deuda completa, sumados Madrid y Barcelona,
asciende aproximadamente a 3.600 millones de euros.
Pero
la cosa no queda aquí, ya que el dinero que adeudan a la Seguridad
Social ronda actualmente casi diecisiete millones de euros, cifra a
la que debemos sumar los más de 752 millones que les reclama
Hacienda. Esto quiere decir que la deuda contraída por los clubes de
fútbol de primera y segunda división con la Seguridad Social se ha
incrementado un sesenta por ciento en el último año y medio, ya que
ha pasado de poco más de diez millones a los dieciséis y medio a
los que hemos hecho referencia. La consecuencia directa que podemos
obtener de estas cifras tan ruinosas es que nuestro fútbol está al
borde de la ruina. Es evidente que los clubes, no siempre soportados
por manos limpias y profesionales, crearon su propia burbuja y aún
están pagando el exceso, y con muy pocas posibilidades de
recuperarse ni a corto ni a medio plazo.
Y
todo bajo la anuencia de las cajas de ahorro, que les permitían
gastar más de lo que ingresaban, adelantándoles dinero
supuestamente a cuenta de los futuros ingresos por los derechos
televisivos, y no menos de los diferentes Gobiernos, que les
permitieron crecer la deuda con Hacienda hasta los setecientos
millones de euros. Con el señuelo de las televisiones y el pago de
los derechos televisivos por anticipado comienza todo. Naturalmente,
el dinero fresco en el bolsillo de no pocos incompetentes ávidos de
comisiones millonarias ayudó a que se lanzaran al mercado a fichar
futbolistas por grandes cantidades y a caminar hacia la locura. De
hecho, los economistas coinciden mayoritariamente en que la quiebra
del fútbol español viene por la desproporción
en el gasto de personal, desde la
contratación de futbolistas y sus fichas hasta la proliferación de
una nueva clase de ejecutivos en los clubes con retribuciones
injustificadas.