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El
pasado domingo, en el programa “Motor en directo”, que emitimos
entre las diez y media y las doce, dimos la información que nos hizo
llegar la Concejalía de Tráfico y Policía Local, según la cual
durante quince días, es decir, que aún queda la semana que viene,
se mantendrán controles de velocidad en toda la ciudad. Por
supuesto, se tendrán en cuenta las infracciones que tengan relación
con el uso indebido del móvil, los menores mal ubicados en el
interior del vehículo, o sea, sin usar la silleta especial en la que
están obligados a sentarse, y el cinturón de seguridad.
Naturalmente, lo suyo es que, al mismo tiempo, pidan la documentación
relacionada con las inspecciones técnicas que los vehículos están
obligados a superar para poder circular. Como ven, un amplio repaso
sobre el comportamiento general de los conductores y también de los
vehículos.
El
asunto de los propietarios que deciden no hacer uso de las estaciones
de inspección técnica es una opción excesivamente compartida en
todo el país. De hecho, de acuerdo con los datos oficiales a los que
hemos tenido acceso, más de un treinta por ciento de ellos circulan
sin el control de estas estaciones técnicas, lo que nos avisa de dos
situaciones denunciables: que no acuden por falta de dinero (y
recuerden que hablamos de no más de cuarenta euros cada dos años) o
bien porque, y aquí creemos reside en realidad la causa, porque
saben que su vehículo no va bien, que tiene problemas de
iluminación, o de neumáticos, o de frenos, o de suspensión o de
todo junto, y que es consciente de que los técnicos que se encargan
de estos controles le retendrán la documentación hasta que no
demuestre que ha resuelto todas las deficiencias acumuladas, y
entonces sí que el desembolso económico será importante. Lo
quieran reconocer o no, hubo un antes y éste fue cuando detectó la
primera avería y dejó su reparación para otra ocasión, y así
sucesivamente hasta que llegó un momento en el que la acumulación
de los defectos hizo inviable acudir a un mecánico.
Por
lo tanto, la consecuencia primera que deviene de este terrible
historial es que el vehículo en cuestión sale a la ciudad o la
carretera en condiciones de ocasionar un accidente de consecuencias
imprevisibles, ya que le pueden fallar los frenos, o que un neumático
le reviente, etc. Y además con el agravante de que acaba pagando
quien menos culpa tiene. Sabemos que los tiempos no están para
florituras, pero no podemos obviar que la revisión de un vehículo,
sea del tamaño que sea y tenga la potencia fiscal que tenga, debe
ser controlada por técnicos y que de esta revisión debe salir con
el sello de garantía que allí le impondrán. Por otra parte, la
denuncia que nos caerá encima si somos controlados por la Guardia
Civil de Tráfico supera y mucho lo que nos puede suponer la
inversión en la ITV. Ante tantas ventajas, dejar para otro día el
acudir a la que tengan ustedes más próxima es aumentar las
posibilidades de cualquiera de las consecuencias que pueden derivarse
de esta dejadez.
Viaje
seguro; sea consciente de que usted y los que con usted viajan están
en peligro y que no se merecen ni de lejos que los someta a esta
posibilidad, de la que puede resultar un accidente de importancia. Y
luego no nos venga, cuando le denuncien, con que los agentes están
para recaudar, porque tiempo de sobra ha tenido para cumplir con sus
obligaciones.