martes, 10 de diciembre de 2013

BUENOS TIEMPOS PARA NUESTRO COMERCIO

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Es evidente que nuestra ciudad presenta características comerciales que la diferencian del resto claramente, lo que no sólo le sirve para prosperar frente al resto de la oferta comercial más próxima y conocida, sino que le sirve como excepcional atractivo frente a la monótona perspectiva del resto de los escaparates más cercanos. Y si tenemos que interpretar este momento tan especial, sin duda que caemos en la cuenta de que aún estamos a tiempo, de que todavía es posible el milagro, de que todavía estamos en hora para corregir lo que hemos hecho mal, que a estas alturas nadie duda que debe haber sido muy mucho si nos atenemos a la crisi comercial que hemos vivido estos últimos años. Pero como ahora no es el mejor momento para las lamentaciones y sí para enfrentarse sin dilación a las posibles soluciones que tengamos a mano y ponerlas al servicio de las opciones que más nos puedan ayudar a mejorar lo que sin duda aún tiene arreglo, pues manos a la obra.

Desde la perspectiva del comerciante, difícil será que alguien le haga entender la situación sin que de por medio se busque el chivo expiatorio que un momento tan complejo demanda para que sea quien asuma las culpas. Y todos tan contentos. Sin embargo, lo que parece el motivo más compartido es que no siempre la situación ha estado como ahora, es decir, no siempre el comerciante, el pequeño empresario de nuestra ciudad, se ha sentido tan apoyado, nunca como ahora ha sido tan valorado su papel y desde luego que tampoco se le han brindado tantas oportunidades. Consecuentemente, su respuesta ha sido la esperada y de ahí que podamos asegurar que se ha dado una gran paso hacia un mejor entendimiento entre las partes que estamos convencidos permitirá la organización de eventos de mayor envergadura que justifiquen que importancia comercial a nuestra ciudad y que se convierta en referencia interprovincial. Los beneficios que se podían obtener no tardarían en ser percibidos por quienes casi han perdido sus esperanzas de un futuro mejor para sus negocios.

Sería muy interesante, sin embargo, que la opinión de nuestras mujeres y hombres del pequeño comercio se tuvieran cuenta y no sólo como un detalle de la oficialidad y sí como una actitud permanente desde la que abrir nuevos cauces de entendimiento que permitan la aportación de ideas e imaginación en cantidad y calidad suficientes como para que no se vuelva a repetir el oscuro pasado que tanto daño ha hecho a quienes, si han cometido algún error, éste no ha sido otro que el de guardar silencio y caer en el error de la crítica fácil. Afortunadamente el paso del tiempo ha sido determinante cuando de encontrar el punto de inflexión se trataba, puesto que al final de la silenciosa y soterrada batalla, unos y otros han llegado a la conclusión de que no ha servido de nada. Tiempo perdido que ha perjudicado a la ciudad y a su entramado comercial.

Por supuesto, si el camino andado nos permite recuperar el sentido común y habilita nuevos cauces de participación a la totalidad de los implicados en el cambio que la ciudad demanda con urgencia, aunque con matices, habrá valido la pena. La evidencia anuncia con tiempo que es posible, que el esfuerzo obtendrá casi inmediatamente el éxito y que el papel de todos habrá sido determinante para la consecución de lo que con tanto interés se persigue.