miércoles, 8 de enero de 2014

LOS SERVICIOS MUNICIPALES EN MANOS PRIVADAS

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Iniciamos el año como lo acabamos en un asunto que creemos de gran trascendencia para la población, como es el caso del servicio de aguas, que se mantiene en el aire debido a que nuestro Ayuntamiento, por las razones que sean, no ha firmado aún con la empresa concesionaria, Somajasa. Desde hace tiempo venimos escuchando todo tipo de opiniones alrededor de este asunto y casi todas coinciden en un cambio de empresa sin que conozcamos las razones, aunque suponemos que debe haberlas. Como usuarios de este servicio no tenemos argumentos desde los que analizar la trayectoria de la empresa concesionaria hasta ahora ni tampoco críticas que nos permitieran deducir la necesidad del cambio. Suponemos, eso sí, que de por medio deben existir beneficios económicos importantes y de ahí que finalmente todo se base en la cuantía económica que aportaría la nueva concesionaria y no tanto en un servicio inadecuado o deficiente. Esto es algo que deciden ayuntamientos de toda España y nadie se lleva las manos a la cabeza, aunque no siempre sale bien.

Sin ir más lejos, no son pocas las entidades locales que decidieron el año pasado, luego de años en manos privadas, la reversión de servicios como el transporte urbano, la limpieza viaria o el servicio de aguas potables. León, por ejemplo, se embolsará nada menos que doce millones de euros por la recuperación del servicio de transporte urbano; unos pocos menos recibirá el Ayuntamiento de Jerez por la misma causa, luego de enfrentamientos de empresa y empleados que dificultaban enormemente este servicio público. Tampoco faltan los entes locales que han decidido recuperar el servicio del agua para sus ciudades, lo que les permite ahorrar, según palabras de los propios alcaldes, miles de euros que antes perdían en manos privadas. De entre los ayuntamientos que conocemos que decidieron la reversión de este servicio nos encontramos con Manacor, en Mallorca; La Línea de la Concepción, en Cádiz; Arteixo, en La Coruña. Pero son muchos más y no pocos los que se sumarán pronto a implicarse en la gestión de los servicios municipales que desde siempre estuvieron en manos públicas y que luego fueron responsabilidad de empresas privadas que no tenían más intereses, ni conocimientos, ni infraestructuras que no estuvieran ligadas al beneficio económico.

Lógicamente, quien acaba pagando los excesos en los recibos somos los ciudadanos, que no recibimos mejoras de ningún tipo en el servicio y sí un aumento considerable del precio final que abonamos. El hecho de que muchas de estas empresas provengan del mundo de la construcción nos da una somera idea de cuáles son sus intenciones y cuál su preparación para enfrentarse a un servicio público de gran complejidad que solo cuando se comparte acaba siendo rentable para las partes. De entre las ciudades europeas que decidieron no hace tanto recuperar la remunicipalización del servicio de aguas nos encontramos con París y Berlín, y también tres pedanías jerezanas, que defienden que conseguirán en poco tiempo recibos más baratos que ofrecer a sus paisanos. Es decir, como ejemplo creemos que es más que suficiente, aunque es evidente que existen enormes diferencias entre las ciudades que hemos elegido, pero como de lo que se trata es de mostrar el cambio que se está produciendo en todo el mundo con respecto al sí o al no de poner en manos de empresas privadas lo que siempre ha sido misión de los ayuntamientos, pues ahí les dejamos este punto de vista para que lo valoren de acuerdo con sus intereses.

Lo innegable es que se ha iniciado un proceso de reversión de servicios municipales que actualmente están en manos privadas y que, consecuentemente, a partir de ahora todo lo que sea mostrar interés por lo contrario es ponerse a los pies de los caballos. Eso sí, si encontramos fallos y, además, la oferta privada no solo se compromete a acometer grandes inversiones, sino a mantener e incluso a reducir el precio del recibo mensual por este servicio, no hay más que hablar. Adelante, pues.