viernes, 28 de marzo de 2014

EL PRECIO DE LOS CARBURANTES, BAJO SOSPECHA

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Las organizaciones semioficiales que controlan el mercado y que se encargan de denunciar, por ejemplo, pactos entre las grandes empresas para conseguir mayores beneficios, como sería el caso de las eléctricas y lo es el de las petroleras, han informado al Gobierno de la existencia de una casi segura confabulación de estas multinacionales en el tema del precio del litro de carburante que se expende en las estaciones de servicio. Concretamente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia repite su denuncia sobre los precios de las gasolinas y los gasóleos, y decimos repite porque desde hace un par de años parece una obsesión. De su informe se desprende que la distribución de los carburantes realizada el pasado mes de enero entre todas las estaciones de servicio distribuidas por el territorio nacional, el margen bruto que se controla es de un veinticinco por ciento en la gasolina, en relación al mismo período del año pasado, y un once por ciento en el gasóleo.


En este mismo informe podemos leer que los precios antes de impuestos de nuestro país se mantienen por encima de los que se ofrecen en el resto de la zona euro, a lo que debemos añadir que se sitúan en el cuarto puesto de la clasificación de la UE-28 en precios de la gasolina 95 y al sexto en el gasóleo A. Finalmente, el informe destaca que Repsol, Cepsa y BP, o sea, lo que son las multinacionales que controlan la totalidad del sector en nuestro país, muestran una vez más precios casi calcados que están por encima, entre dos y tres céntimos de euro por litro, a los de las estaciones de servicio que estos grupos no controlan.

A todo esto, y por si faltara algo al banquete que de vez en cuando organizan las petroleras con el único objetivo de darnos la cena, avisan de que la crisis entre Rusia y Ucrania acabará pasándonos factura, tanto que se prevén subidas importantes de los precios de los carburantes. Y todo porque el catorce por ciento de petróleo que importamos proviene de Rusia y las tensiones geopolíticas ya se están haciendo notar. Por el momento, los precios del litro de gasolina y de gasóleo el pasado mes de febrero han sido los máximos, concretamente en el litro de gasolina de 95 octanos, que fue de 1,402 euros, después de encarecerse en la última semana un 0,42 por ciento; el litro de gasóleo, a 1,34 euros.

Ahora, como decimos, las tensiones en torno a Rusia y el temor a que un conflicto afecte al tráfico de gas y petróleo ruso han presionado al alza las cotizaciones del crudo. Tanto, que el precio del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya ha alcanzado los 107,80 dólares, el más alto en todo lo que va de año. Además, el barril de Brent europeo y de Texas estadounidense han experimentado también llamativas subidas del 1,95 y del 2,27 por ciento, respectivamente. España ha conseguido esquivar parte de las fluctuaciones del crudo gracias a que ha pasado de ser un importador neto de productos petrolíferos a convertirse en exportador, gracias al buen momento que atraviesa la actividad exportadora de la industria del refino y a la debilidad de la demanda interna. Además, España tiene menores precios finales que los países de nuestro entorno debido también a menores impuestos.

Ya veremos en qué queda esta nueva historia de los carburantes, aunque no es necesario ser adivinos para llegar a la conclusión de que acabaremos pagando nosotros, que no tenemos ni voz ni voto y les importamos un pito a nuestros gestores, que, una vez más, miran hacia otro lado.