lunes, 31 de marzo de 2014

NO TODOS SUFREN LA CRISIS DE LA MISMA FORMA

Imprimir

Por los acontecimientos que se han desarrollado a lo largo del mes que despedimos hoy, es evidente que no se ha ido de rositas. Muy al contrario, nos deja tocados por la consecución de casos concretos, con varios fallecimientos y no menos accidentes que hemos controlado en los treinta y un días que tiene marzo. Tampoco lo ha sido en el apartado meteorológico, en el que se han contabilizado todo tipo de fenómenos naturales que tampoco nos han dejado indiferentes. En economía, que es con diferencia la situación que más compartimos, parece que ha dejado a abril la posibilidad de que se produzca algún cambio significativo, como sería el caso, por ejemplo, de que una vez que hemos conseguido no sin esfuerzo situar el déficit, que por cierto bastante nos importa a nosotros y que tanto daño nos ha hecho, que nos exigía Bruselas, agradeceríamos que desde el Gobierno tuvieran un detalle y nos premiaran con medidas que aliviaran nuestra maltrecha economía y que generaran algo de ilusión, porque de eso, como en el dinero, también estamos en las últimas.

Por cierto, ya que la cosa va de quejas y decir verdades, no es de recibo que el ministro Cañete, a la sazón el hombre fuerte del Ministerio de Medio Ambiente, le diga a los suyos en un mitin que, si votan mayoría al Partido Popular en las europeas, le darían a Rajoy una gran alegría luego del esfuerzo que ha realizado para recuperar la economía española. Y no lo estamos por lo mismo que hemos dicho antes: que si alguien ha hecho verdaderos esfuerzos y sufre y padece la mayor crisis que este país ha vivido a lo largo de los años de democracia que hemos acumulado, evidentemente no ha sido el presidente del Gobierno y sí la ciudadanía, que ha sido la crucificada, la maltratada y la que de verdad sabe lo que es una crisis. Los demás, pues ya se sabe: pueden solidarizarse, compartir la pena por lo que ven y todo lo que ustedes quieran, pero ellos reciben su soldada mensualmente, que es mucho dinero para los tiempos que corren, sin ir más lejos.

De hecho, si han tenido ustedes la oportunidad de estar al día de las noticias más relevantes de este fin de semana, sabrán que Cáritas española y su homónima europea han confeccionado un riguroso trabajo sobre la pobreza en el Viejo Continente, y muy especialmente sobre la situación de los niños, y han llegado a la conclusión de que dos millones de ellos pasan hambre en nuestro país. Naturalmente, nuestro paisano Montoro, ministro de las cosas de recaudar dinero en España, no solo ha menospreciado el dato, sino que, por ponerle alguna guinda al asunto, le ha calificado, sin red ni nada a lo que agarrarse para amortiguar las consecuencias de una caída libre, de mentira. Y se ha quedado tan tranquilo. Quizá todo se deba a que fue informado de este detalle, es decir, de que dos millones de niños en nuestro país pasan hambre, justo en el momento en el que, en rueda de prensa, informaba a España entera de que habíamos superado el déficit que nos exigía Bruselas en nada menos que una décima.


Serán cosas de los políticos o lo que ustedes quieran, pero el horno no está precisamente para bollos y mucho nos tememos que o cuidan y miden desde el Ejecutivo sus palabras o no tardaremos en comprobar que son millones los que no están dispuestos a que, encima de todo lo que están padeciendo, con situaciones extremas y escasísimas ayudas gubernamentales, estén obligados a soportar mensajes de este tipo.