jueves, 13 de marzo de 2014

LAS EUROPEAS PASAN POR ANDÚJAR

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Como de sobra saben ustedes, los días se nos van mientras asistimos al espectáculo político desde la barrera, que es desde donde aseguran mejor se ven los toros o lo que ocurra en el ruedo. En este caso, el de la política. Comprobamos que por el momento, parece, solo parece, que a veces nos excedemos en nuestras apreciaciones, el Partido Popular o el Gobierno, que para el caso es lo mismo, anda indeciso a dar el nombre de quién deberá hacerse cargo del grupo popular que se presente a las elecciones europeas del próximo mayo. El resto de partidos, como es el caso del PSOE, ya lo ha hecho y presumiendo de ello, vamos si hubieran puesto una pica en Flandes y tuvieran obligación de pregonarlo a los cuatro vientos. El Partido Andalucista, que también tiene intereses en Europa, muy especialmente en la defensa de lo andaluz, ha elegido en nuestra provincia a la paisana Encarna Camacho, que se ve fuertemente apoyada por su partido y que le ha supuesto un espaldarazo personal de gran importancia.

En cuanto a la labor de los elegidos allá por las tierras europeas, deben responsabilizarse de defender los intereses del partido al que representan y no tanto de los nuestros, que esos no siempre, por cierto, son los suyos. Por el momento, como ocurre en todos los salones de plenos, parlamentos, congresos y senados, de lo que se trata es de sacar adelante las propuestas del que más votos tiene y de los que le ayudan porque a cambio recibirán dinero en forma de subvenciones para sus respectivas autonomías, que se conocen en el argot político como partidos bisagra, es decir, aquellos que, sin tener representación importante en número de representantes, permiten la mayoría del más votado. Son estos los que en realidad deciden por el resto y los que normalmente encarecen el desarrollo de los programas electorales. Por eso no es necesario disponer de un electorado que te apoye incondicionalmente, sino de unos cuantos representantes que son los que te permitirán firmar con uno u otro de los grandes, y a partir de ahí, ¡a vivir que son dos días!

En nuestro salón de plenos, por ejemplo, no han faltado nunca este tipo de partidos y de personas, de algunas de las cuales, debido al ansia viva con la que defendían su escaño y medraban en busca de poder, se olvidaron del programa de su partido, de sus obligaciones, de su discurso y hasta de sí mismos. De hecho, de esos polvos devienen estos lodos, y si necesitan ustedes más detalles, nos ponemos manos a la obra y buscamos a los culpables, que los hay con nombres y apellidos. En Europa es más cómodo incluso que en los ayuntamientos o parlamentos; entre otras razones, porque el trabajo se desarrolla por grupos y todos deben responder y acatar lo que desde la presidencia les llegue, o sea, lo mismo que ocurre aquí, que la gran mayoría de quienes nos representan, y por lo que ganan grandes sumas de dinero si las comparamos con las nuestras, se limitan a presionar el botón que su jefe de grupo les exija, y a otra cosa, mariposa.

Evidentemente, simplificamos su tarea intencionadamente, y no tanto porque la menospreciemos como porque en realidad los resultados son casi inapreciables para la ciudadanía, y más teniendo en cuenta que por el momento el Parlamento Europeo sigue sin ser tenido en cuenta por los países que conforman la Unión, ya que sus decisiones no pasan de ser meramente informativas. A partir de ahora, por tanto, a verlos venir, porque no tardarán en hacernos llegar sus mensajes y de vendernos la mercancía que les conviene. Solo es cosa de esperar.