miércoles, 2 de abril de 2014

EL FERROCARRIL Y NOSOTROS

Imprimir

Nosotros, convencidos de que el papel de martillo pilón que tenemos cedido por ustedes nos obliga a ello, seguimos insistiendo en que alguien debía tomar las riendas del asunto del tren y alegrarnos la vida, aunque solo fuese por aquello de informarnos de que se está trabajando, de que algo se está haciendo en beneficio de una ciudad como la nuestra, y no digamos de la comarca, para que sea escuchada cuando de un mejor servicio de trenes se trata. En este tema, lo de la pescadilla que se muerde la cola cuando queremos aclarar algo enrevesado, se conjuga fácilmente, ya que no tenemos más servicio de trenes, nos dicen, porque no hay pasajeros suficientes como para cargar con los gastos que conlleva, y no hay más gente sencillamente porque no hay servicio ferroviario que nos desplace, por ejemplo, a la capital de España, que por cierto se ha dejado en manos de una empresa de autobuses eficiente, aunque nos quejamos continuamente de que el primero de la mañana se hace presente en Madrid casi a la una de la tarde, y ya no tenemos tiempo para hacer gestiones, que es a lo que se va.

Las primeras denuncias sobre el desmantelamiento del servicio de la entonces Renfe ahora Adif, nos llegaron hace al menos doce años, cuando los trabajadores nos citaban a sus manifestaciones en las que nos informaban de la situación. Ahora, cuando han querido acordar o simplemente cuando se han visto azuzados por la ciudadanía, algunos representantes políticos han dado un paso adelante, aunque ha sido tan testimonial que mejor hubiera sido para él y su partido dejarlo como estaba. Y menos mal que la Junta de Andalucía mantiene la subvención al convoy diario que discurre entre Jaén y San Fernando, porque de otra forma estaríamos completamente incomunicados con el resto de Andalucía. Éste nos desplaza desde Andújar hasta la Tacita de Plata en poco menos de tres horas y media con paradas allí donde un pasajero lo haya pedido, destacando que Córdoba y Sevilla las tenemos ahora más cerca que nunca. De hecho, si exceptuamos el servicio que une Sevilla con Barcelona, el trazado de los raíles que discurren por nuestra provincia es usado exclusivamente por los convoyes de mercancías.

Así las cosas, difícil, muy difícil, será incorporar a nuestra ciudad a las que tienen la posibilidad de recibir visitantes gracias al ferrocarril, que diga quien lo diga, sigue siendo un medio de comunicación de extraordinaria eficacia, de costo aceptable y con una seguridad casi a toda prueba. De hecho, sabemos que son cientos los pasajeros que diariamente hacen uso de él para acercarse a ciudades como Sevilla o Córdoba, a Toledo o Salamanca… Galicia, el País Vasco y Santander también disfrutan de atención ferroviaria de alto nivel, lo mismo que el de vía estrecha, el FEVE, que recorre Santander y Asturias. En nuestro caso, por ser la autonomía que es, porque los que debían preocuparse sencillamente nos han dejado tirados, porque no existe conciencia de pueblo y porque no han querido complicarse sus vidas reclamando más y mejores servicios, estamos en las últimas. Es más, estamos convencidos de que se trata de una maniobra político-empresarial-gubernamental que va por buen camino para sus intereses, que no deben ser otros que dejarnos varados en la orilla del progreso sin posibilidades de prosperar a través de este medio de comunicación.


Por eso les decíamos antes que en nuestro papel de martillo pilón, procuramos recordarles a los que mandan en Sevilla y en Madrid que aún están a tiempo de reparar el daño que nos hecho y que bien podían dar un giro de ciento ochenta grados y replantearse la importancia de un trazado que comunica nada menos que a nuestra provincia con el resto de Andalucía. Y lo mejor de todo es que aún está operativo.