Nosotros,
convencidos de que el papel de martillo pilón que tenemos cedido por
ustedes nos obliga a ello, seguimos insistiendo en que alguien debía
tomar las riendas del asunto del tren y alegrarnos la vida, aunque
solo fuese por aquello de informarnos de que se está trabajando, de
que algo se está haciendo en beneficio de una ciudad como la
nuestra, y no digamos de la comarca, para que sea escuchada cuando
de un mejor servicio de trenes se trata. En este tema, lo de la
pescadilla que se muerde la cola cuando queremos aclarar algo
enrevesado, se conjuga fácilmente, ya que no tenemos más servicio
de trenes, nos dicen, porque no hay pasajeros suficientes como para
cargar con los gastos que conlleva, y no hay más gente sencillamente
porque no hay servicio ferroviario que nos desplace, por ejemplo, a
la capital de España, que por cierto se ha dejado en manos de una
empresa de autobuses eficiente, aunque nos quejamos continuamente de
que el primero de la mañana se hace presente en Madrid casi a la una
de la tarde, y ya no tenemos tiempo para hacer gestiones, que es a lo
que se va.
Las
primeras denuncias sobre el desmantelamiento del servicio de la
entonces Renfe ahora Adif, nos llegaron hace al menos doce años,
cuando los trabajadores nos citaban a sus manifestaciones en las que
nos informaban de la situación. Ahora, cuando han querido acordar o
simplemente cuando se han visto azuzados por la ciudadanía, algunos
representantes políticos han dado un paso adelante, aunque ha sido
tan testimonial que mejor hubiera sido para él y su partido dejarlo
como estaba. Y menos mal que la Junta de Andalucía mantiene la
subvención al convoy diario que discurre entre Jaén y San Fernando,
porque de otra forma estaríamos completamente incomunicados con el
resto de Andalucía. Éste nos desplaza desde Andújar hasta la
Tacita de Plata en poco menos de tres horas y media con paradas allí
donde un pasajero lo haya pedido, destacando que Córdoba y Sevilla
las tenemos ahora más cerca que nunca. De hecho, si exceptuamos el
servicio que une Sevilla con Barcelona, el trazado de los raíles que
discurren por nuestra provincia es usado exclusivamente por los
convoyes de mercancías.
Así
las cosas, difícil, muy difícil, será incorporar a nuestra ciudad
a las que tienen la posibilidad de recibir visitantes gracias al
ferrocarril, que diga quien lo diga, sigue siendo un medio de
comunicación de extraordinaria eficacia, de costo aceptable y con
una seguridad casi a toda prueba. De hecho, sabemos que son cientos
los pasajeros que diariamente hacen uso de él para acercarse a
ciudades como Sevilla o Córdoba, a Toledo o Salamanca… Galicia, el
País Vasco y Santander también disfrutan de atención ferroviaria
de alto nivel, lo mismo que el de vía estrecha, el FEVE, que recorre
Santander y Asturias. En nuestro caso, por ser la autonomía que es,
porque los que debían preocuparse sencillamente nos han dejado
tirados, porque no existe conciencia de pueblo y porque no han
querido complicarse sus vidas reclamando más y mejores servicios,
estamos en las últimas. Es más, estamos convencidos de que se trata
de una maniobra político-empresarial-gubernamental que va por buen
camino para sus intereses, que no deben ser otros que dejarnos
varados en la orilla del progreso sin posibilidades de prosperar a
través de este medio de comunicación.
Por
eso les decíamos antes que en nuestro papel de martillo pilón,
procuramos recordarles a los que mandan en Sevilla y en Madrid que
aún están a tiempo de reparar el daño que nos hecho y que bien
podían dar un giro de ciento ochenta grados y replantearse la
importancia de un trazado que comunica nada menos que a nuestra
provincia con el resto de Andalucía. Y lo mejor de todo es que aún
está operativo.