lunes, 7 de abril de 2014

LA VIOLENCIA DE GÉNERO, A EXAMEN

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El Observatorio contra la Violencia de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial, asegura que aumentan significativamente el número de adolescentes que ejercen y sufren violencia de género o machista. De hecho, el año pasado se controló un cinco por ciento más de jóvenes que habían maltratado a su pareja. Desde este organismo se asegura que el año pasado los menores enjuiciados fueron 151 y que se les impusieron medidas judiciales a 133 de ellos. La coordinadora de la unidad de atención a adolescentes víctimas de violencia de género de la sanidad madrileña afirma que del estudio realizado por el Ministerio de Sanidad, concretamente sobre la evolución de las conductas violentas y su origen entre menores de entre 13 y 19 años, se desprende que el porcentaje de chicas que reconocieron haber padecido conductas violentas, como por ejemplo insultos o ridiculizaciones públicas, subió del catorce por ciento al veintitrés. Además, las que escucharon por parte de adultos mensajes como que los celos son una expresión del amor o expresiones filosóficas que reducían la importancia de algunos comportamientos de sus compañeros, subió del veintinueve por ciento al treinta y seis. Evidentemente y muy de acuerdo con los técnicos que han confeccionado el estudio al que aludimos, se repiten los arquetipos machistas como el motivo que mejor detalla el aumento de estos comportamientos entre los jóvenes.

En cuanto a datos concretos: sabemos que el año pasado asesinaron a cincuenta y cuatro mujeres por sus parejas o compañeros, de las que casi el ochenta por ciento de ellas eran españolas y el resto extranjeras. De entre el total, solo once habían denunciado la situación y la presión a la que estaban sometidas. En lo que va de año se han registrado veinte asesinatos y denunciaron su situación solo seis. En cuanto a los datos que nos llegan de los juzgados de Violencia sobre la Mujer, sepan ustedes que se pronunciaron el año pasado sobre 32.831 solicitudes de órdenes de protección, un cinco por ciento menos que en 2012; y se tuvieron en cuenta seis de cada diez peticiones. Por su parte, los juzgados de lo penal dictaron 28.832 sentencias, de las cuales el cincuenta por ciento fueron condenatorias. Las comunidades autónomas en donde más denuncias por habitante se controlan: Canarias, Baleares, Andalucía y Valencia.

Por otro lado, según el Observatorio de la Violencia sobre la Mujer, el incremento de denuncias judiciales y del reconocimiento entre los adolescentes de comportamientos agresivos o machistas tiene mucho que ver con una mayor sensibilización respecto al problema, asegurando que es relativamente reciente que se reconozca que la agresión contra la pareja también sucede en menores de edad. Pero no niega que la convivencia de los jóvenes con fenómenos como los estereotipos publicitarios de la mujer como objeto de deseo y sujeto de satisfacción masculina o el impacto de nuevas tecnologías, como las aplicaciones descargables en las que se juega a someterse a operaciones de cirugía estética o a ganar a tus compañeras para ligarte al chico más guapo, influyen muy negativamente en la formación de estos jóvenes.


Los técnicos siguen insistiendo en la necesidad de que las víctimas denuncien, ya que es la forma de activar los mecanismos de protección judicial que el Estado pone a su disposición. Así, si este año solo han denunciado seis de las veinte asesinadas, el año pasado lo hicieron únicamente once de las cincuenta y cuatro muertas, es decir, dos de cada diez. El año pasado se cerró con 124.894 denuncias, diez menos al día que en 2012, aunque este descenso se entiende que es menos acusado que en ejercicios anteriores por variadas razones que aún se están investigando Otro dato que destaca el estudio es el aumento de las renuncias de muchas mujeres a continuar con el procedimiento judicial. Concretamente, el año pasado se controlaron 15.300 renuncias de mujeres que no querían mantener el proceso cuando éste se hallaba en fase de instrucción, lo que representa casi un trece por ciento en relación con el número de denuncias presentadas; las mujeres españolas renunciaron nada menos que el sesenta por ciento.