
La
evolución del mercado del automóvil, que siempre ha sido un
referente cuando de analizar la economía se trata, presenta datos
esperanzadores para nuestra industria. Para unos, que la ayuda del
Estado está siendo determinante; para otros, que se confirma así la
salida de la crisis. Dependa de quien dependa, aunque estamos
convencidos de que todo cuenta la hora de valorar una situación que
ha dado un giro significativo hacia nuevas cuotas de ventas, la
realidad es que se venden más automóviles privados y que también
se mueve el resto del mercado, especialmente el de furgonetas y
vehículos ligeros de carga.
Naturalmente,
si tenemos en cuenta que en Europa somos el segundo país que más
vehículos fabrica, habrá que aceptar que la situación mejora
paulatinamente y que esta nueva situación representa un espaldarazo
a las inversiones millonarias que los fabricantes vienen haciendo
vendiendo y sin vender. Y todo porque la motivación del coche nuevo
sigue siendo el gran motor de esta industria.
Así
se entiende que cada nuevo modelo represente para la mayoría de las
marcas un importante tirón en su habitual nivel de ventas, y de ahí
también que el fabricante haya valorado este detalle y no deje pasar
un año sin que a su casi recién estrenado automóvil le quite o le
ponga esto o aquello para que salga a la venta con características
de casi estreno. Sin embargo, no siempre se acepta de buena gana por
parte de quien uno o dos días antes se acababa de comprar este
modelo de la marca en cuestión y pasa directamente a denominarse en
el mercado como modelo antiguo en solo unas horas.
Sin
embargo, por muy mal que le siente al cliente, si ustedes tienen en
sus manos el folleto del coche que les gusta, verán que en letras
más bien pequeñas y en un rinconcito de éste aparece un párrafo
que le advierte de que el fabricante podrá cambiar cualquier
elemento del coche sin previo aviso, lo que exime de cualquier
obligación que pudiera contraer con el comprador en este apartado de
la venta.
Y
todo porque adquirir un coche, nuevo o de ocasión, que podía acabar
siendo una operación mercantil sin más, previamente debe pasar el
filtro de las sensaciones que transmite a quien lo tiene en su punto
de mira. Con esto queremos decir que cualquier elemento que se le
añada nuevo, una mínima alteración de la calandra, de los espejos
exteriores o de los paragolpes es más que suficiente para el
vehículo acabe dando en la diana del comprador y le atraiga
definitivamente a su adquisición. Y como eso lo sabe el fabricante,
ahí los tienen ustedes, buscando nuevas formas para transmitir
nuevas sensaciones, especialmente en los colores, los diseños de
superdeportivos que vemos con motores de baja cilindrada…
Las
marcas siempre van por delante y cuidan hasta el más mínimo detalle
de su modelo, desde fotografiarlo con las ruedas giradas hasta un
interior repleto de tecnología de vanguardia. Pues bien: todo esto
también forma parte del mercado a la hora de analizar su evolución
en positivo, es decir, que no solo el Pive, las rebajas de los
fabricantes a cambio de un costoso equipamiento y los esfuerzos que
realizan los concesionarios, que son los verdaderos guerreros de este
infernal mercado, han influido en el aumento de las ventas al que nos
hemos referido.