miércoles, 7 de mayo de 2014

EL RÍO GUADALQUIVIR Y LA NEGATIVA POLÍTICA

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Conforme transcurre el tiempo, peor cara presenta el asunto del río Guadalquivir. Lo queramos o no, la solución a los problemas que presenta a su paso por nuestra ciudad es evidente que dependen de muchas personas, entre las que destacamos a la clase política, que ya saben cómo se las suelen gastar y que, por si fuera poco, durante un determinado período de tiempo tienen responsabilidad en el asunto para luego dejar paso a los que, cuando no la tenían, les criticaban con dureza. Naturalmente, en medio los damnificados por los daños de las inundaciones, que asisten incrédulos a un espectáculo bochornoso que está clarísimo que no quieren solucionar, que mantienen en pie sus demandas del pago de las indemnizaciones a las que aseguran tener legítimo derecho y que, además, en el momento en el que el agua de lluvia pasa de normal a todo lo contrario se quedan sin sueño. En nuestro caso, y es justo ahí nos encontramos nosotros, es decir, inmersos en su lucha, porque la entendemos de absoluta justicia y porque en todo este desagradable caso son ellas y ellos los más débiles, los que deben enfrentarse a la manifiesta dejadez de los políticos y con una empresa que cuenta sus ganancias anuales por cientos de millones de euros.

La nueva convocatoria de estos días a lo único que ha venido a confirmarnos es a dejar claro que intenciones no tienen de solventar las demandas con que con urgencia les vienen haciendo los propietarios de las tierras próximas al río. De si de la reunión se ha salido con fecha o de si se han anunciado actuaciones, nada de nada. De hecho, protagonistas de altura han decido no acudir, que no sabemos si se trata de una justificación aceptable o por el contrario de un menosprecio más a las personas que reclaman lo que legítimamente les corresponde. Se entiende que, si no se tiene nada nuevo con que presentarse ante la asamblea, que es mejor dejarlo para otro momento. Lo de la maqueta, las actuaciones que aseguran están previstas desarrollar y del resto de sandeces o mentiras, como ustedes quieran, que nos han venido a contar, ¿para qué repetir el argumento si es de sobra conocido por todos? Y llevan razón, porque si no cuentan con nada nuevo que compartir, ¿a qué vienen?

Mientras, el conglomerado de circunstancias que se dan en nuestro término municipal con respecto a la influencia que tiene el cauce del río en nosotros, ¿a quién le importa? Si no fuera por la decidida actuación de las personas afectadas, ¿alguien cree que nos acordaríamos de lo que se nos puede venir encima en cuanto el paso del agua por el puente subiera de nivel? Para ellas y ellos, el hecho de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía haya condenado a Endesa a pagar las indemnizaciones que les adeudaban a los afectados de Marmolejo, es justo lo que necesitaban para convencerse de que la próxima sentencia, en la que reclaman el pago de los daños sufridos por las últimas riadas, les será favorable.


Lo más probable es que, una vez más, estas personas vuelvan a confirmar que David mató a Goliat, es decir, que ganarán la batalla frente a Endesa con respecto al dinero que les adeuda y la eliminación de la presa de Marmolejo. Esa es su ilusión y para conseguirlo trabajan con ahínco y denodado esfuerzo. El tiempo nos dirá en que queda este asunto, feo lo miremos por donde lo miremos y perfecto escaparate para ver de cerca la incompetencia y las malas intenciones de unos y de otros.