martes, 27 de mayo de 2014

EUROPA CONSOLIDA SU PARLAMENTO

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Como ocurre en todos los encuentros electorales que hemos conocido a lo largo de nuestra particular y corta democracia, una vez conocidos los resultados y valorados internamente, los portavoces o líderes se suelen asomar a los atriles de forma que, dependiendo del resultado, merezca el momento. Así, las europeas de este año, por ejemplo, les van a costar al señor Rubalcaba el cargo de secretario general. Todo porque el resultado no les ha sido favorable y su partido se ha resentido en el encuentro que ha tenido con su electorado este domingo. Las opiniones que ha generado esta decisión tienen mucho que ver con la disparidad de quienes las aportan, por lo que destacamos solo la coincidencia mayoritaria en que, junto con el Partido Popular, ha sido el gran perdedor. Otra cosa, claro, es que la democracia interna de los partidos funcione y, sin necesidad de alharacas ni ruidos de mudanza, se diga la verdad. Si ustedes han tenido oportunidad de escuchar lo que han venido a decirnos los portavoces, en este encuentro electoral nadie ha perdido. Solo el PSOE ha reconocido que no, que lo suyo ha sido un batacazo electoral que les obliga a reconducir sus políticas y su actitud frente o junto a los ciudadanos. El resto, lo dicho. Han ganado, aunque en realidad no haya sido así y seguro que en su fuero interno y en sus comisiones de seguimiento está más que asumido que la pérdida de más de dos millones de votos no augura nada bueno.

Eso sí, algunos no han querido perder el tiempo y se han lanzado a criminalizar a todo aquel que haya votado una coalición o partido que no sea el suyo, anunciándole casi el fin del mundo y cargando sobre ellos toda la responsabilidad del futuro de nuestro país. Debe ser cosa de no estar acostumbrados a escuchar mensajes del corte que hemos conocido estos días y menos aún que algún que otro voto haya huido del redil sin previo aviso. Y porque la abstención ha sido una vez más muy importante y de ahí que la debacle electoral no haya sido más grande, porque si el electorado fuese conocedor de que el voto en blanco o la abstención solo sirven para consolidar en el poder a quienes vienen haciendo con nuestras vidas lo que les viene en gana, otro hubiera sido el recuento final. Pero así están las cosas y debemos aceptarlas tal como vienen, que tiempo habrá de ir poniendo las cosas en su sitio y de mejorar el actual sistema y lo que deviene de él.

Lo que no debemos perder de vista es lo que tienen previsto desarrollar en Bruselas los nuevos parlamentarios, porque si aquí, entre nosotros, hacen y deshacen como les da la gana, mucho nos tememos que tan lejos sus decisiones pasarán desapercibidas. Sin embargo, si tenemos en cuenta que Europa ha aportado a su parlamento en esta ocasión a nuevos partidos con nuevos intereses y objetivos, y que éstos ya han anunciado una serie de medidas por sí mismas impactantes, parece que los habituales grandes, socialismo y centro-derecha, no lo van a tener fácil. La verdad es que es en Brusela donde se decide, ahora más que nunca, el futuro de sus moradores y que precisamente por esto estamos obligados a mantener con los parlamentarios y sus decisiones una línea directa que nos permita deducir en qué invierten sus esfuerzos.


De acuerdo con las opiniones más prometedoras, la legislatura que comenzará en unos días en Estrasburgo consolidará a la Unión Europea trabajando por quienes de verdad la sostienen, es decir, sus ciudadanos. Por el momento, lo que sabemos, especialmente ellas y ellos, es que las políticas de recortes que ha capitaneado Alemania solo han servido para abrir grandes brechas entre los ricos y los pobres. La llegada de fuerzas políticas más sensibilizadas con el sufrimiento de quienes se han quedado sin trabajo y sin futuro estamos convencidos de que influirán en el giro necesario que deberá dar el parlamento si quiere seguir siendo referencia en Europa.