miércoles, 28 de mayo de 2014

LA CONCIENCIA NOS LLAMA

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Es evidente que las elecciones del pasado domingo siguen acaparando buena parte de los informativos de los medios de comunicación. Se desprenden de ellas demasiadas referencias informativas como para dejarlas pasar; si acaso, lo que hacemos, es decir, restarles importancia dentro del contexto de la propia política, evitando las especulaciones de los medios que tienen eso medios para sacarle tajada a cualquier movimiento más o menos visible que provenga de los diferentes partidos. Es el caso del PSOE y la renuncia a seguir de su secretario general, señor Pérez Rubalcaba, que para unos sectores ha sido valorado de forma positiva por la desaparición de un contrincante de peso y otros todo lo contrario. A esta renuncia debemos sumarle la importancia que se le está dando, no sabemos si por temor a lo que representa o por venir de donde vienen, a “Podemos”, sobre el que han recaído todas las iras habidas y por haber procedentes especialmente de la derecha, la recalcitrante y la aparentemente democrática, que no han dudado en calificar a sus integrantes como radicales de izquierdas, manifestantes que arramblan con todo lo que encuentran a su paso, machacapolicías y otras lindezas propias de quien se sabe en peligro de extinción. Por lo demás, la vida sigue y debemos afrontarla tal como se nos viene encima, y más si tenemos en cuenta que cuando se ponga en marcha el Parlamento recién votado estaremos muy cerca del final del mes de julio, que es lo mismo que decir que con las vacaciones por la mitad o a punto de acabar.

Por lo tanto, la vuelta a casa se impone. Repasar lo que conviene destacar, enfatizar donde interesa para que la ciudadanía comparta la aventura que se le propone o simplemente compartir la preocupación por la problemática general en la que se desenvuelven miles de personas afectadas por la crisis. No faltarán los que pongan en duda la oportunidad de este tema, quizá porque lo propongamos como asunto de debate más veces de lo que sería aconsejable o simplemente porque removemos conciencias y esto no siempre se acepta de buena gana, pero la verdad es la que es y no seremos nosotros los que nos mantengamos al margen de tanto sufrimiento. Las organizaciones de nuestra ciudad dedicadas a dar de comer, vestir y abonar facturas pendientes a las familias que más lo necesitan están sencillamente ahogadas por tanta demanda y tan escasa aportación. Ustedes pueden pensar lo que quieran y actuar como mejor les parezca, aunque sabemos de su generosidad y no menos de su ayuda voluntaria, pero nosotros debemos seguir en el empeño de convencerles de que se trata de aportar lo que se pueda y cuando sea posible, y que no siempre debe ser comida, ropa o dinero, porque la necesidad de tener cerca de alguien que les ayude a sobreponerse, al que contarle su día a día, se agradece de la misma forma.


A los más escépticos, a los que no acaban de creerse lo que ocurre a su alrededor, nada mejor que invitarles a que lo comprueben por sí mismos, a que contrasten las peticiones que les llegan a estas organizaciones y disponer así de una información de primera mano que le sirva, no solo para convencerles, sino para que busquen ayuda entre sus más próximos y paliar en lo posible las penurias y las tragedias personales de las que se tiene constancia. Los tiempos en los que el que nada hacía se basaba en que los beneficiados siempre eran los mismos y que en realidad no lo necesitaban, han dejado paso a una situación extremadamente angustiosa. ¿Sabían ustedes que el año pasado se contabilizaron más de cincuenta desahucios en nuestra ciudad? ¿Saben del número de vecinos y vecinas que malviven en casas de amigos o familiares hacinados como sardinas porque nadie les ha echado una mano y les ha proporcionado una vivienda en la que residir hasta que su situación mejore? Pues créanse que son situaciones reales las que les contamos y que de por medio nos encontramos con los niños, que las padecen de una forma sangrante. Estar ahí, mostrar nuestra solidaridad y generosidad, y aportar lo que podamos es la mejor respuesta que se nos ocurre. Además, para los más incrédulos o más reacios, esos que no dudan en afirmar que no dan nada porque luego se pierde entre tantas manos hasta que llegue a su destino, que sepan que tienen la oportunidad de hacerlo ellos mismos, sin intermediarios. No lo duden. Escuchen la voz de su conciencia. Recuerden que una conciencia tranquila es el mejor somnífero que se conoce. Dormirán como ángeles.