La
vuelta al trabajo, sea el que sea, siempre exige del protagonista una
buena dosis de memoria, especialmente si éste se las tiene que ver
con las personas que le puedan escuchar. Ese es nuestro caso, que
tenemos que hacer, aunque sea rápido, un repaso o recuento de los
acontecimientos que hemos vivido a lo largo de los días que hemos
dejado de acudir a la cita diaria de las trece horas. La semana santa
es la que nos queda más lejos y, además, tiempo y ocasiones hemos
tenido de valorarla con las personas que tienen la responsabilidad de
la organización. Devoción, esplendor, magníficas creaciones
estéticas y fervor popular a manos llenas han sido, junto con la
meteorología, las grandes bazas de las cofradías, que han visto
refrendado su trabajo en la calle, que es donde se la juegan y donde,
como en esta ocasión, se les premia de la forma tan intensa que lo
ha hecho el pueblo.
El
otro gran evento ha sido la romería. Naturalmente, esta cita exige
de todos nosotros una entrega aún más intensa si cabe, ya que las
improvisaciones, las miles de circunstancias que confluyen en ella y
el número de personas que la viven y la disfrutan demandan de
nosotros una información puntual, profesional y amplia. Así,
también este año nos hemos visto en alguna ocasión desbordados por
la actualidad, que, al contrario de lo que pudiera interpretarse,
disfrutamos de la mejor manera que sabemos, es decir, informando
verazmente de lo que vemos y evitando lo que pudiera suponer una
lectura negativa de lo que de hecho es y debe ser nuestra fiesta
grande. Por lo tanto, también este año ha habido de todo, como si
se tratara de un rito de obligado cumplimiento y que lo único que
viene a confirmarnos es que entre nosotros no faltan los que
desarrollan un desagradable papel que tiene como único objetivo
dañar la romería. En su momento lo dijimos y quizá sea bueno
recordarlo: las heridas, o se cierran bien o no se cerrarán jamás.
La pelota está en el tejado de la cofradía y es ésta la que está
obligada a responder ante sus hermanos cofrades y ante la ciudadanía
como el asunto merece. Dejar este tema para otro día no es más que
prolongar la agonía de quienes hace años que debían haber depuesto
su actitud y que por el momento nadie ha querido responsabilizarse.
Por
delante, la celebración del patrón, san Eufrasio, que pondrá en
pie no solo a la hermandad y a los fieles, sino que hará lo propio
con el barrio, que estos días cambia de vestimenta y pasa
directamente a vivir unas jornadas festivos que cada año lo
caracterizan más. A todo esto, si tenemos en cuenta que su templo se
construye a buen ritmo y que no tardaremos en poderlo visitar, la
convocatoria de esta festividad tiene un color especial que estamos
seguros la ciudad sabrá valorar y disfrutar como merece. Quizá se
haya iniciado, por fin, la cuenta atrás que tanto demanda la
hermandad en favor de una mejor integración de san Eufrasio entre
nosotros y en la provincia, porque recordemos que es el patrón de
Andújar, pero también lo es, como el caso de la Virgen de la
Cabeza, de la provincia. Se trata de reconocerle en su totalidad la
importancia que tiene su patronazgo y venerarlo como creemos
sinceramente merece.
A
partir de ahora, a las trece horas, como hoy, abriremos el
informativo de medio día y compartiremos con ustedes la actualidad,
como será el caso de las elecciones europeas que están convocadas
para este mes. Pero tendremos tiempo para entrar en detalles