viernes, 13 de junio de 2014

ANTES DE LAS VACACIONES, REVISE SU COCHE

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Las vacaciones de verano ya han comenzado para muchos mortales. Los que tendrán la posibilidad de acceder a ellas en poco tiempo los observan con envidia contenida, convencidos de que lo mismo les ocurrirá a los que ahora observan cuando les toque a ellos hacer lo propio, es decir, disfrutar de su período vacacional. Nosotros queremos entrar de lleno en lo que nos importa para una época del año en la que, con diferencia, más automovilistas circulan por nuestras carreteras y en la que más litros de combustible se consumen: el verano. Millones serán los desplazamientos y millones también las personas que irán de un lugar a otro de la península o fuera de ella en busca del lugar en el que descansarán del agitado y convulso día a día. Consecuentemente, millones también las posibilidades de verse involucrado en un accidente, o simplemente sufrir una avería en su coche, y decimos sufrir con todas las consecuencias, porque nadie mejor que un conductor que se ha visto con el coche detenido en medio de la carretera, completas sus plazas y el maletero, para que nos entienda. ¿Y por qué ocurre esta anomalía?

Si le restamos un porcentaje de no más de un cinco o seis por ciento a la situación, porque acontecen momentos en los que no es posible plantearse valoración alguna que no tenga que ver con la mala suerte, el porcentaje restante está ligado a la habitual y extendida despreocupación con la que muchos usuarios se enfrentan al día a día de su coche, es decir, a la dejadez propia de quienes entienden que, mientras ande, para qué levantar el capó y comprobar al menos la apariencia del motor, que a veces nos permite observar que algo va mal, y que nos puede evitar con toda seguridad una avería mayor y por tanto más costosa. Ahí reside buena parte de lo que luego debe ocurrirnos, no que puede, sino que debe, ya que hemos comprado todas las papeletas de la rifa en la que se sortea un mal inicio o el final de las vacaciones. Que a uno se le pinche un neumático porque en el camino se ha encontrado un clavo es algo que puede ocurrir y que podemos calificar como de mala suerte, pero que un motor se gripe responde sin ninguna duda a la despreocupación de su propietario, que no ha tenido el detalle de comprobar el nivel, operación elemental y que solo exige de nosotros que el vehículo lleve al menos dos horas con el motor apagado y en posición horizontal, y en meter y sacar la varilla un par de veces; la primera porque la lectura no es real y la segunda porque es la que nos informará de su estado y de si necesita añadirle.

Seguro que alguno de ustedes sonreirá cuando lean o escuchen lo que les decimos, pero es así de elemental. No existe interés ninguno por nuestra parte en magnificar lo que se entienden como obligaciones mínimas de control del coche o vehículo, en el que, recuerden, iremos nosotros y nos acompañará la familia o los amigos, que viene a ser lo mismo que decir que con nosotros viaja lo más importante que poseemos. Y punto. Aceptar que no somos capaces de atender estos mínimos es lo mismo que asegurarse un susto en el camino. Por eso el papel que juega en esta pequeña historia nuestro mecánico es fundamental, porque será el que nos evite la sorpresa de vernos detenidos en la carretera a la espera de una grúa que nos traslade al punto que elijamos y que evidentemente nos restará parte del tiempo que tengamos previsto para las vacaciones. Y todo lo demás, porque el asunto va para largo y nos demandará atención hasta el último momento, ya que deberemos estar pendientes de la evolución de la avería acudiendo al taller con regularidad, y luego pagar la factura, que a veces supera nuestras expectativas y nos deja sin efectivo para los días que nos queden. Por todo lo que les hemos contado, no lo dejen para mañana. Acudan hoy mismo a su taller o pidan cita, que el que da primero, recuerde, da dos veces. Y felices vacaciones.