martes, 3 de junio de 2014

EL REY JUAN CARLOS HA ABDICADO

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EL REY JUAN CARLOS HA ABDICADO
 
La abdicación del Rey Juan Carlos, con diferencia, ha sido la noticia más extendida en menos tiempo en España. Parece que en solo dieciocho minutos el nivel de conocimiento que se tenía entre la ciudadanía de lo que sin duda es un acontecimiento informativo de primer nivel, era de un sesenta y dos por ciento. Y se entiende si asumimos que es el jefe del Estado el que decide abandonar sus funciones oficiales para dejar sus responsabilidades al príncipe Felipe, el sucesor oficial y el que por otra parte parece concitar la mayoría de los deseos de monárquicos y ciudadanos en general. Fue ayer sobre las once de la mañana cuando se conoció la noticia y desde ese instante hasta hoy, y durante al menos unos días más, se mantendrá la abdicación real como la más trascendente de las noticias conocidas. Parece que el estado de salud de don Juan Carlos ha sido determinante para que la decisión, que parece estuviera tomada para el año próximo, se haya adelantado. 
 
Sea como sea y el resultado que devengue la decisión real, la realidad es que la vida del resto del mundo va a seguir prácticamente como estaba. La que va a cambiar radicalmente es la del sucesor, Felipe de Borbón, que comienza a partir de ahora nuevos planteamientos genéricos y personales a los que les obligará su nuevo e importante cargo. De cómo resultará su designación oficial y de la aceptación que de ella debe esperarse de los españoles, es evidente que la situación del país, en crisis económica y de valores desde hace años, va a influir decisivamente, ya que muchos entenderán las diferentes ceremonias sociales y políticas que se convocarán al efecto, que necesitarán de la inversión de muchos miles de euros, como algo innecesario para como se encuentra el país económicamente. No serán pocos, además, los que observen la dinámica de la sucesión y nombramiento oficial como un agravio comparativo que debería evitarse.
 
A partir de ahora los medios de comunicación de implantación nacional tienen tarea por delante, puesto que deberán cubrir, no sin esfuerzo y echando mano de sus respectivas hemerotecas, la decisión real de dejar paso a su sucesor. Conoceremos ahora mejor que nunca la trayectoria del que se va y la del que viene, con detalles exhaustivos sobre todo lo realizado a lo largo de los años. Aunque creamos saberlo todo, comprobaremos que aún nos quedaban documentos que no habían llegado al pueblo por razones a veces temerosas cuando no políticamente incorrectas. Decidan lo que decidan, por tanto, la realidad es que serán los españoles los que agradezcan, de acuerdo a como les haya ido, la regencia de don Juan Carlos, lo mismo que harán, sobre todo los primeros años, con el sucesor, sobre el que recaerán todas las miradas y las críticas, incluso las no merecidas. 
 
La figura del Rey Juan Carlos dejará pronto de ser actualidad, permitiéndole recuperar su salud, deteriorada como sabemos por sus problemas de movilidad física, y vivir el resto de su vida con mayor intimidad y disfrutando de los suyos. Obviamente, los escándalos que han manchado a su familia y los que él mismo ha protagonizado, no les han ayudado en nada a mantener el nivel de popularidad o aceptación entre la ciudadanía que le hubiera deseado y que en realidad merece sabiendo el gran papel que ha protagonizado en la implantación de la democracia en nuestro país. Pero como tenemos en general muy mala memoria, como no solemos ser agradecidos, este tipo de entregas sin remilgos suelen pasar desapercibidas por cuanto se entiende que hizo lo que debía y lo que el país esperaba.
 
Nosotros, desde este trocito de Andalucía, queremos dejar constancia y hacerle saber que contaba con nuestra admiración y que así será hasta el final de sus días. Le deseamos a su majestad un feliz retiro y buenas nuevas para el heredero.