viernes, 20 de junio de 2014

LO QUERAMOS O NO, LOS CULPABLES SOMOS NOSOTROS

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Hasta ahora, Tráfico ha querido compartir con los automovilistas cualquiera de las operaciones que ha dispuesto para el control, por ejemplo, de la velocidad, del alcohol o las drogas, del cinturón o el móvil, o el GPS, etc. A partir de ahora parece que optará por guardar silencio y actuar con contundencia, lo que confirmará el anuncio de que las cosas en la carretera se nos van a complicar a quienes no seamos precisamente ejemplo de sensatez y cordura. Nos guste o no, a partir del verano, repetimos, debido sobre todo a la falta de entendimiento que mantenemos desde siempre con la Dirección General, ésta actuará desde planteamientos bien diferentes. Y se entiende porque muestras de intentar arreglar las cosas le han sobrado a lo largo de los últimos años. En realidad, recopilando datos y recuperando la memoria, lo que con más interés realiza este organismo son los habituales controles ligados a la velocidad, al alcohol, las drogas y demás exigencias. Por lo tanto, si utilizamos el cinturón, no usamos el móvil mientras conducimos y llevamos al día la documentación del vehículo, ¿a qué tenerle miedo? Es más, que no se le olvide entre los documentos y los elementos imprescindibles que le puede pedir la autoridad de la carretera, se encuentran los triángulos y el chaleco, que no crean ustedes que por conocidos no faltan los usuarios que no han contado con ellos nunca.

Las malas relaciones que habitualmente mantenemos con la Guardia Civil de Tráfico, que nadie ha podido justificar después de muchos años de enfrentamientos, se deben básicamente a que nosotros no cumplimos con nuestras obligaciones. Y son sencillas y harto conocidas nuestras: mantener la velocidad máxima permitida en todo tipo de carreteras, etc., etc. En contra nuestra, la alta accidentalidad que acumulamos a lo largo del año, con cifras injustificables y todas con los mismos orígenes: Distracciones, excesos, móviles, navegadores, niños mal sujetos, velocidad inadecuada, cinturones… ¿A qué usted también sabe de lo que estamos hablando? Consecuentemente, ¿quién es el culpable, el agente de Tráfico o usted? Es lo mismo que, después de una denuncia, el conductor suele responder sin dilación y con todo convencimiento que es que estos agentes están para recaudar. ¿Y cuál ha sido nuestro papel en la denuncia? Casi con toda seguridad a que en algún momento no hicimos las cosas bien, porque desde luego lo de afirmar que cuando te detienen, aunque lo lleves todo bien, te van a multar es completamente falso.


Se entiende la rabieta y lo mal que sienta que te resten de tu cuenta corriente unos cuantos cientos de euros, pero antes de cometer el exceso prohibido no caímos en la cuenta de que podíamos ser observados y por tanto denunciados. Esto es precisamente lo que resulta si se ha consumido alcohol o cualquier otro tipo de droga, es decir, que aunque nos excedimos, en ningún momento fuimos capaces de asumir que teníamos el coche en la puerta y que, para llegar a casa, estábamos obligados a conducirlo. Por lo tanto, las normas en vigor nos recuerdan que en casos de este tipo existen agravantes, porque se transgrede la ley conscientemente. Miren, nosotros estamos convencidos de que cuanto antes nos acostumbremos a interpretar el tráfico como éste demanda, que cuanto antes pongamos en práctica el sentido común, antes evitaremos la cifra de fallecidos que conocemos cada año. Que una vida vale mucho más que cualquier tipo de exceso o frivolidad al volante, que la nuestra y la de los demás no se puede despreciar porque al que va al volante le guste poner los pelos de punta a quienes los acompañan, presumiendo encima de lo que no sabe. Y luego, cuando hayan valorado nuestro comentario de este fin de semana, sigan haciendo lo que quieran, que para eso son libres, aunque parcialmente, recuerden, porque Tráfico y sus controles siempre les estarán vigilando. Y los excesos se suelen pagar.