No
sabemos con certeza si ustedes, que son grandes observadores de lo
que ocurre a su alrededor, y muy especialmente de todo lo que está
ligado a la municipalidad, han caído en la cuenta de los últimos
movimientos que alrededor de la Casa Consistorial y sus ilustres
moradores se vienen produciendo. Por aclararlo, que las elecciones
del 2015 están cada vez más cerca y el pistoletazo de salida por
parte de los partidos políticos ha sido dado, aunque en esta ocasión
sin alharacas ni ruidos trompetiles, quizá porque entiendan que es
mucho más rentable el trabajo, la estrategia, que convocatorias
populares en busca de apoyos en los que basar sus respectivas
políticas. Nuestro Ayuntamiento no es que sea precisamente una
perita en dulce para el partido que lo gestione, que para eso ha
acumulado una deuda que, dicen, supera los cincuenta millones de
euros, pero nuestros aguerridos políticos y políticas no conocen
susurros ni miedos y están dispuestos a enfrentarse con lo que se
les presente con armas, anuncian a bombo y platillo, capaces de
desmontar las posiciones de los que mandan y de los que quieren
mandar. Luego, ya se sabe, quizá no sean capaces de superar el
primer examen de la selectividad y tengan que vérselas con la rutina
del escaño único, pero eso tendremos que esperar.
Nosotros,
que de política no andamos lo suficientemente documentados como para
generar opinión, sí que sabemos que existen infinidad de frentes a
los que atender por parte de los que están y de los pueden venir,
que hace tiempo que superaron los temples y paciencias de los
más cautelosos y no menos ingenuos, que saben que ahora es su
momento, que ahora es cuando más fuerza pueden generar a su
alrededor para reclamar lo que entienden que es suyo y de nadie más
Desde esta perspectiva, incluso siendo conscientes de que los tiempos
económicos ni lo han sido ni son los más adecuados para exigir de
la Administración local ayuda para sus proyectos, a la espera de
justicia están los que reclaman atención para sus gestiones o
necesidades, y más cuando la realidad es que se han detectado casos
concretos de generosidad excesiva que inevitablemente pasarán
factura de parte de los agraviados, porque si existe algo que duela
más que una muela picada es verse despreciado por parte de quienes,
entre sus ineludibles e intransferibles obligaciones, está la de ser
justos cuando se trata de repartir con equidad lo poco que haya. En
nuestro caso, no sabemos si intencionadamente o no, se han ido
cavando nichos y enterrando ilusiones y proyectos con escaso éxito,
y es que, si en algo nos diferenciamos del resto, es precisamente por
nuestra capacidad para sacar adelante lo que nos propongamos, con
ayuda o sin ella. Y lo que ha ocurrido, que no ha sido poco, se
guarda en la recámara para enseñarlo cuando convenga, y en tiempos
electorales suele ser bastante eficaz.
Como
les decimos al principio, las orejas de los diferentes lobos en
litigio se ven desde lejos y no anuncian precisamente tiempos
tranquilos. Ahora de lo que se trata es de que no pierdan la
verdadera razón de su campaña, que suponemos no será otra que la
ciudadanía y su prosperidad como objetivo único, porque de otra
forma lo de darse un batacazo nos parecería poco. A poco más de
ocho meses para la convocatoria, ansiosos estamos de conocer
candidatas y candidatos, y más aún, de saber de sus intenciones en
caso de conseguir la mayoría en las urnas. Con diferencia, es la
mejor forma conocida de hacer comparaciones, aunque aceptamos que a
veces son odiosas, cuando no puras mentiras.