Recuperando
la regularidad de nuestros comentarios en este espacio de medio día
previo al informativo de las trece horas, hoy, viernes, toca el
tráfico, los coches, los accidentes. Y queremos hacerlo precisamente
con la accidentalidad, compartiendo con ustedes la buena nueva de que
este verano la cifra de accidentes mortales ha descendido
significativamente; pero también que a estas alturas del año
acumulamos más fallecidos que el año pasado. Es decir, que nos
mantenemos en los niveles habituales que protagonizan regularmente
los que no acaban de asumir que lo de conducir exige una serie de
pautas que o cumplen a rajatabla o se quedan en el camino. Entre
ellas, que no por conocidas son aceptadas de buena gana por una gran
mayoría de usuarios, lo del alcohol, las drogas, la velocidad, los
despistes, etc. Bien, pues incluso así, aceptando que conocemos más
que de sobra dónde no debemos cometer errores, acabamos cayendo en
la trampa como niños de leche.
Tres
cuartos de los mismo vemos en el tema sanciones, muy especialmente en
el apartado velocidad. Andalucía en general y nuestra provincia en
particular, concretamente hasta el mes de julio, ha sido la autonomía
que más denuncias a expedido por exceder de la velocidad permitida.
Un punto concreto en el que siguen cayendo como moscas, que está
amplia y profusamente señalizado, son los túneles de Despeñaperros,
que están controlados por tiempo, es decir, que la velocidad máxima
es de cien kilómetros/hora y que si el vehículo recorre la
distancia en menos tiempo significa que lo ha pasado a más
velocidad. Pues bien: por el momento está siendo una fuente de
ingresos inesperada para la Dirección General, que no solo se
traduce en dinero, sino que la pérdida de puntos le va a la par. La
máxima más compartida entre los denunciados, como seguro ustedes
conocen muy bien, es que lo que la autoridad persigue con estas
medidas es recaudar. Bien, de acuerdo. ¿Pero se les ha ocurrido a
quienes así analizan la situación, que no existe mejor respuesta a
quien solo persigue nuestro dinero que acatar las señales?
Particularmente no lo vemos complicado, porque se trata de acoplarnos
a lo que la mayoría acepta sin más.
De
hecho, la Dirección General de Tráfico se está planteado volver al
control directo de los usuarios que se excedan de la velocidad máxima
del tramo por el que circula, es decir, a parar a los infractores
para extenderles la denuncia en el mismo momento. ¿Y por qué? En
realidad es muy sencillo, ya que desde hace tiempo vienen detectando
un mercado negro de puntos que no acaban de controlar. La situación
es esta: un conductor es fotografiado por un control móvil o fijo a
velocidad excesiva y se le comunica administrativamente la denuncia.
Al tiempo se le exige que informe de quién conducía el coche en ese
momento para personalizar la pérdida de los puntos que conlleva la
sanción. La respuesta del conductor cazado llega a la Dirección
General con el nombre del que le ha vendido los puntos en el mercado
que antes les comentábamos y él sigue tan tranquilo. Esto quiere
decir que como lo que se persigue con la denuncia es que el usuario
reaccione en positivo y la próxima vez se lo piense, el hecho de que
pueda eludir de forma tan sencilla el expediente que se le abre en
los registros oficiales, obliga a la autoridad a replantearse la
actual disposición de enviarle la foto y la denuncia al conductor
controlado.
Como
hemos tenido oportunidad de exponer en otras ocasiones, la obligación
ineludible que tiene la autoridad controladora del tráfico y sus
consecuencias ante el Gobierno es la de reducir la accidentalidad, y
si para ello tiene que aumentar los controles y las medidas
coercitivas, que nadie dude que lo hará con toda las consecuencias.
Y en esa tarea está, en implantar nuevas normas y mejores controles
tanto fijos como móviles, incluidas más unidades de los
helicópteros Pegaso, que tantos y tan buenos resultados les están
dando.