miércoles, 29 de octubre de 2014

ACABAR CON LA CORRUPCIÓN ANTES DE QUE ACABE CON ESPAÑA

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El asunto de la corrupción en España está pasando de castaño a oscuro por minutos. No pasa un día en el que no amanezcamos con un caso más que añadir a la ya larga lista de políticos y otros especímenes que andan inmersos en asuntos poco claros. Lo del lunes fue una bomba informativa de gran calado que estamos seguros que sí que habrá llegado hasta lo más profundo de los sentimientos de la ciudadanía, que asiste atónita y perpleja al desmantelamiento de las redes dedicadas exclusivamente a obtener dinero de las Administraciones en donde tienen amigos que ceden a sus peticiones a cambio de cuentas millonarias en cualquier paraíso fiscal. Y decimos que la noticia del lunes, con cincuenta y un detenidos y ahora imputados, además del técnico informático de la Consejería de Presidencia de la comunidad autónoma madrileña, que fue imputado ayer al mismo tiempo que el vicepresidente de la Diputación de León, ni se nos había pasado por la cabeza. Acostumbrados como estamos a lo de los ERE y los cursos de formación, que son los temas más escandalosos de corrupción que padece Andalucía, ni habíamos caído en la cuenta de que se produjera la detención de nada menos que el número dos de Esperanza Aguirre durante el tiempo que estuvo en la comunidad de Madrid para luego recalar en el Senado como representante del Partido Popular, el señor Granados, que ha estado acompañado del presidente de la Diputación de León, de cinco alcaldes, de un guardia civil y el resto constructores y otros corruptos ligados a todo tipo de negocios sucios. En total, cincuenta y tres personas que tendrán que vérselas con la Justicia a lo largo de estos días y que tendrán que demostrar la procedencia del dinero que poseen. También anotamos la detención y posterior puesta en libertad de uno de los hijos del expresidente Pujol, Oleguer Pujol, que a partir de ahora inicia un largo camino hacia el esclarecimiento de su caso concreto, que recuerden tiene que ver con la adquisición de las oficinas del Banco de Santander en todo el país por un valor de más de dos mil millones de euros.

Si a todo esto le sumamos la extendida corrupción detectada en la comunidad valenciana, en la que cada vez quedan menos políticos por imputar, con un expresidente de la Diputación de Castellón a punto de entrar en prisión; con la alcaldesa de Alicante imputada en dos casos de gran relevancia por prevaricación y cohecho; con el señor Cotino, hasta hace unos días presidente de las Cortes Valencianas, y el papel que desempeñó en el accidente del metro, y con un sobrino que ha reunido una gran fortuna que tendrá que demostrar de dónde proviene; con un nuevo presidente de las Cortes que está imputado y aun así ha sido designado para el importante cargo que tiene que desempeñar; con el señor Camps y alguno de sus compañeros de partido inmersos en procesos judiciales de los que no tardaremos en saber cómo se desarrollan… Y por si nos faltaba algo por conocer, han saltado las alarmas porque ha sido noticia nacional que el alcalde de Barcelona posee una fortuna de aproximadamente trece millones de euros en Andorra y que antes tenía en un banco suizo. Pero sumen porque Bankia, Caixa Cataluña, Caja del Mediterráneo, de Castilla-La Mancha, de Galicia, etc., también forman parte del gran proceso judicial que se sigue en contra de las personas que, ejerciendo sus cargos, se dedicaron a robar a manos llenas todo el dinero que pudieron, es decir, hasta que los descubrieron, porque el ansia que tenían de acumular riquezas era realmente desproporcionada.


Y a no tardar, el caso Brugal, el Gürtel, lo del Jaguar en casa de la señora Mato, que asegura que no se dio cuenta de que estaba en su garaje; lo de los secretarios del Partido Popular, que ahora parece que nadie los conoce; lo del caso Noos con el señor Urdangarín al frente, que aunque parece dormido no tardará en volver a la actualidad… Y los que no recordamos y que estamos convencidos tardarán poco en generar más detenciones, porque lo de la corrupción, además de ser una vergüenza nacional, representa un duro golpe a nuestra democracia del que estamos convencidos no saldremos indemnes. Y a todo esto, recuerden que en las calles de nuestras ciudades y pueblos las gentes se arremolinan y manifiestan a favor de trabajo, de ayudas para subsistir, para que les devuelvan el dinero de las preferentes, para evitar los desahucios o para mejorar la sanidad y la educación. Ahora se entiende mejor que nunca la ruina que España tiene encima, porque todo se debe a que han sido unos cientos de sinvergüenzas los que se han llevado el dinero del resto de los españoles.