martes, 14 de octubre de 2014

EL GUADALQUIVIR Y EL MESTANZA NOS QUITAN EL SUEÑO

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Una ciudad como la nuestra, que no acaba de tenerlas todas consigo, que es lo mismo que asegurar que no le faltan dudas que le permitan conciliar el sueño, en cuanto que las lluvias deciden detenerse unas horas sobre ella, el insomnio es lo más compartido entre las personas que viven o poseen tierras o propiedades en las habituales zonas inundables. Y no les falta razón, que para eso la historia nunca los ha dejado tranquilos y suelen ser, a su pesar, protagonistas en cuanto el río comienza a crecer. De hecho, variadas han sido las inundaciones y no menos las consecuencias, aunque inciden siempre en donde más duele al agricultor, es decir, que se llevan todo por delante, arrasando aperos, plantaciones y a veces hasta viviendas. Por eso, Andújar, junto con Marmolejo y, un poco más arriba, Villanueva de la Reina, Quintería, Arroyo Escobar y Los Villares; y no menos La Isla y La Ropera y El Sotillo, cuando los truenos resuenan y la lluvia se ceba en nuestras tierras, la preocupación por lo que pueda pasar es lo más compartido.

Luego tampoco nos faltan preocupaciones que nos llegan desde la sierra y que, como en el caso del arroyo Mestanza, demandan, como el río, seguimiento continuado y una respuesta inequívocamente técnica. Los de la plataforma del río Guadalquivir, que tienen varios frentes y que son esos hombres y mujeres que vienen reclamando justicia para su causa desde hace años sin que desgraciadamente hayan sido atendidos como merecen, vienen dando vida, color y sonido a una reclamación relacionada precisamente con este arroyo por razones justificadísimas, puesto que no sería la primera vez que su desbordamiento acabe dañando propiedades que podrían evitarse. Pues bien: actualmente están a la espera de una respuesta oficial reclamada desde hace años y que, por cierto, ha sido también defendida estos días por parte del alcalde ante el máximo representante político del Gobierno de la nación en la provincia, señor Lillo. Al mismo tiempo, por aquello de que ya que voy me entero de cómo van la cosas de la reclamada y anunciada tantas veces maqueta que nos permitirá comprobar con total fiabilidad el ir y venir del agua del río a su paso por nuestro término municipal, sabemos que está a punto de ser puesta en marcha para que políticos, técnicos y afectados certifiquen el sí o el no de las obras tanto tiempo reclamadas, entre las que destacan la desaparición de la presa de Marmolejo.

Convencidos de que este tema y las diferentes perspectivas de las que responde les serán lo suficientemente familiares como para que no necesiten ampliación, deseamos fervientemente que esta ocasión sea la definitiva y lo del río pase a ser historia a partir de ahora. Al fin y la postre lo que demanda es atención, intervención y, lógicamente, una partida económica suficiente que evite el renacer de los viejos problemas. El río y sus afluentes demandan seguimiento y atención preferente, y es evidente que las consecuencias que se han vivido hasta ahora justifican cualquier esfuerzo.