Que
cada cual valore la noticia como entienda que merece, aunque han
pasado casi dos meses y suponemos que más de uno de ustedes ya lo
habrá hecho y digerido su contenido. Se trata de la noticia que
saltó a los medios de comunicación y que vino a confirmar lo que
por otra parte era un secreto a voces después del intenso e inmenso
trabajo desarrollado por los componentes de la Dirección General de
Tráfico a lo largo del verano que conforman el equipo de carreteras
y más concretamente el de denuncias. Un millón de euros diarios a
lo largo de este período son las cuentas que han resultado luego del
recuento realizado por la contabilidad oficial de este organismo, lo
que viene a suponer una cifra que ni siquiera hemos querido detallar
por temor a marearnos. Un millón de euros diarios es demasiado
dinero para cualquiera y desde luego que para los ya de por sí
machacados usuarios españoles. Eso sí, ustedes conocen nuestra
opinión al respecto y de ahí que no nos cansemos de repetirles que
la práctica totalidad de las denuncias impuestas pudieron evitarse
con solo aceptar las Normas de Tráfico en vigor. Así de sencillo.
Luego
pueden y podemos buscar las habituales y a veces hasta necesarias
variantes a la noticia, pero la realidad es la que es y poco o nada
podemos hacer que no sea acatar con absoluta rigurosidad las
acotaciones impuestas por la autoridad competente. De este millón de
euros recaudado diariamente, sepan ustedes que un porcentaje altísimo
de denunciados han respondido por el apartado velocidad, que no
supieron valorar a tiempo y que cayeron en la trampa de circular como
les venía bien a ellos y sus planes de viaje, pero no a los
controles estáticos y móviles que se encontraban en el camino. Como
hemos escuchado y leído, avergonzados debíamos estar por la
extraordinaria ayuda económica que le hemos hecho a Tráfico sin
nada a cambio. Nadie nos dijo que nos excediéramos, aunque sí
muchos, ingenuos ellos, pensaron que en verano alzarían la mano y
nos permitirían circular por encima de la velocidad máxima
habitual. Pero ahí están los resultados. A la vuelta del viaje,
esperándonos estaba la sanción, inmaculada ella y con toda la mala
intención del mundo dentro del sobre, justo cuando nos habíamos
dejado más dinero del que pensábamos en un principio.
Por
eso insistimos mucho en que los excesos se pagan, sean los que sean.
En el caso de las denuncias por no hacer las cosas como debemos,
parece claro que los despropósitos tienen un precio y que, en
cantidad más que suficiente de usuarios, hemos alcanzado una cifra
récord que, cada vez que ponemos el coche en marcha, debía
obligarnos a recapacitar. Y si para ello debemos madrugar un poco más
de lo habitual, se hace; y si de lo que se trata es de evitar
planificar la hora de llegada, lo mismo. Y como los males no vienen
solos, tomen nota porque, a no tardar, se implantarán los nuevas
limitaciones de velocidad especialmente en las carreteras
secundarias, lo que nos obligará, por ejemplo, a recorrer la
distancia diaria entre Andújar y Jaén en un tiempo muy superior,
puesto que en su totalidad estará limitada a sesenta kilómetros por
hora. Y ay de aquellos que decidan tirar por el camino de en medio,
porque no solo les dejarán sin fondos la cuenta corriente, sino que
intervendrán los puntos que guarda como un tesoro. Y que nadie
espere la hipotética llegada de un nuevo Gobierno y que venga éste
con ganas de desandar lo andado, porque se equivoca. Por encima de
ideologías o intenciones, reducir al máximo los accidentes de
tráfico y sus consecuencias impone su criterio y no habrá marcha
atrás, y menos luego de comprobar que las decisiones que se han
tomado, y que se iniciaron precisamente con un gobierno socialista,
han sido determinantes para que la deseada reducción de los
accidentes sea hoy una realidad.
Tomen
nota en donde más tiempo permanezca en su memoria, que durante este
verano, con sus días y sus noches, la Dirección General de Tráfico
ha recaudado nada menos que un millón de euros. ¡Al día,
naturalmente! Para que no se nos olvide.