martes, 4 de noviembre de 2014

LA ECONOMÍA EMPRESARIAL Y LA DE LOS CIUDADANOS

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Los que lo han dicho en público y que confirma lo que por otra parte llevamos sufriendo desde hace años, no son unos cualquiera. Ustedes y nosotros podemos decir y de hecho decimos lo que nos viene en gana entre los amigos o en foros más o menos trascendentes, pero nuestra opinión quedará ahí y no alcanzará a personas u organismos sobre los que influir. En el caso de la noticia que ahora compartimos se trata de personajes de gran relevancia social y empresarial, y por supuesto que sus voces no solo se escuchan, sino que a quienes se las dirigen les parecen pesadas losas sepulcrales. Se trata ni más ni menos que de los miembros del Instituto de Empresa Familiar, organización que está compuesta por algunos de los empresarios más importantes de España y que, en su reunión anual, han venido a decir que ¡basta ya!, que ya está bien de seguir por el camino emprendido por nuestros gobernantes y que debemos enfrentarnos, todas y todos, a una situación que no solo dura demasiado tiempo, sino que está acabando con las escasas infraestructuras sociales que nos quedan.

Estas empresas y los empresarios que las representan tienen un peso específico de gran relevancia económica. De entre ellas, Mango, Barceló, Acciona, Ferrovial, Mercadona, Telefónica y así hasta más de dos centenares, que no es poco, y todas han coincidido en calificar el momento de peligroso para nuestro país. De hecho, cuando han tenido que puntuar este mal momento, no han tenido más remedio que darle un duro suspenso. Esta organización, en su congreso anual desarrollado a lo largo del fin de semana, cuando ha llegado el momento de las votaciones, éstas han sido de un poco más de diez puntos sobre nueve, lo que viene a decirnos que se trata de justo la mitad del resultado obtenido hace solo seis meses, que fue cuando se celebró el último congreso. Fue entonces cuando el actual presidente del Gobierno, señor Rajoy, consiguió 4,8 puntos, un poco más del doble que cuando el país lo regía Rodríguez Zapatero.

Naturalmente, cuando se les ha dado a los asistentes la oportunidad expresar sus dudas y preocupaciones, el tema de la corrupción, con escándalos de gran importancia social y económica, y el lanzamiento imparable de la organización política Podemos, que preside y gestiona Pablo Iglesias, han sido los protagonistas de la mayoría de los cientos de empresarios que han acudido a este congreso, fundamentalmente porque saben con certeza que la estabilidad social y política en nuestro país es imprescindible para afrontar el futuro más inmediato. Son especialmente los empresarios familiares los que se han mostrado más contrariados, quizá porque es evidente que se juegan su propio patrimonio. Cuando el congreso se ha enfrentado a la situación económica ha sido cuando ha recibido mejor puntuación, aunque sin alharacas. Es más, el recuento ha dado un total de un 4,26 sobre un total de nueve, que viene a ser el doble que el del año pasado, aunque sin alcanzar el aprobado.


Enfrente, en el lado opuesto, en donde se cuecen de verdad las habas, en donde el mal momento de nuestro país se vive con infinita pesadumbre porque no se perciben mejoras de ningún tipo, estos congresos o encuentros empresariales quedan lejos y existe el compartido convencimiento de que no solucionarán nada. Y no les falta la razón a quienes así examinan este tipo de encuentros si tenemos en cuenta que las verdaderas intenciones de estos cientos de empresarios no son otras que las de conseguir mayores beneficios para sus respectivas empresas; lo del futuro de los ciudadanos y sus necesidades más perentorias es algo que no suelen tener en cuenta, y menos cuando de acudir a congresos se trata.