miércoles, 5 de noviembre de 2014

PELIGROSAS CONCLUSIONES CON RESPECTO A LA CONVIVENCIA ENTRE LA MUJER Y EL HOMBRE

Imprimir

El enfrentamiento, la convivencia o los acuerdos tácitos y social y familiarmente aceptados en torno a la mujer y el hombre siguen ofreciéndonos datos por demás preocupantes por el contenido machista con que el hombre se expresa y entiende cuál es el papel que cada uno debe tener en la familia o como pareja. Emilio de Llera, consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, ha venido a corroborar lo que eran solo dudas y de las que teníamos escasas noticias. El asunto es que la ciudad hispalense recibe los días 10 y 11 de este mes un congreso que tiene como objetivo responder a las necesidades formativas de las personas que desarrollan su trabajo en la prevención y en la reacción frente a la violencia de género, con especial atención a los profesionales de la educación y la comunicación. Consecuentemente, si se organiza un congreso con este específico contenido, si se trae a Sevilla a profesionales tan cualificados y se quieren obtener políticas que permitan una mejor convivencia y, sobre todo, se respete a las mujeres sus inviolables derechos, suponer que el problema, en contra de los que creíamos estaba en decidido retroceso, se mantiene e incluso aumentado.
       
Los datos que aporta el Gobierno andaluz al respecto nos dice que nada menos que un veinticuatro por ciento de los jóvenes andaluces considera que el lugar de una mujer está en su casa, con su familia, y el diez por ciento está convencido que el hombre es el que debe tomar las decisiones importantes en la pareja. Además, tomen nota, más del veinte por ciento opina que la mujer es más débil que los hombres y casi un ochenta y tres por ciento  de los chicos no creen que tengan riesgo de sufrir violencia de género en sus futuras relaciones de pareja, porcentaje que baja hasta el sesenta y ocho por ciento en el caso de las chicas. Estos datos, tan duros como preocupantes, nos llegan procedentes del Informe Andalucía Detecta, que ha sido elaborado por el Instituto Andaluz de la Mujer y del Informe Social de la Juventud en Andalucía, a su vez realizado por el Instituto Andaluz de la Juventud, el Centro de Estudios Andaluces y la Consejería de Educación, o sea, avalado por organismos que desarrollan toda su labor alrededor de los jóvenes.    

En sus conclusiones también se nos avisa de que una cuarta parte de los jóvenes andaluces cree que las causas de la violencia de género son el alcohol y las drogas, y la mitad de la población juvenil considera que la mujer aguanta el maltrato, que no sabemos si han llegado a esta conclusión por lo que observan en su propio hogar o por lo que les cuentan. Sea como sea, estas conclusiones serán objeto de estudio en el  Congreso para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres que organiza la Junta y que esta edición se centrará en la violencia de género en adolescentes, colectivo en el que los casos de maltrato han aumentado un treinta y tres por ciento, sobre todo mediante amenazas en las redes sociales o vejaciones. Por lo tanto, esperar a que nos lleguen las tareas analizadas por los estudiosos alrededor de este campo de trabajo es lo que nos queda. No obstante, asumir cuanto antes que la actual situación responde a un profundo desconocimiento de la realidad que nos envuelve como sociedad es posible que nos resulte beneficioso, al tiempo invertir en la recuperación de parámetros de cordura colectiva que nos permitan desembocar en estadíos de entendimiento más lógicos y soportables entre la mujer y el hombre, especialmente entre los jóvenes.


Se decida lo que crean más adecuado estos profesionales y asumiendo que será lo mejor para las partes enfrentadas, que conste que fácil no va a ser porque incrustado en las personas encontramos este tipo de pensamientos sobre la mujer, y erradicarlos de su forma de ser, de reinterpretar el rol de las mujeres en la familia, es una tarea ímproba de resultado por el momento incierto.