jueves, 6 de noviembre de 2014

PELIGRO DE INUNDACIONES EN LA RONDA MESTANZA

Imprimir

La llegada de las lluvias a nuestra ciudad no supone solo un problema para las personas que se defienden, ciertamente que cada vez con menos éxito, de las avenidas que suele traer el río cuando se unen lluvia y desembalse en los pantanos de cabecera. Además de las zonas de La Isla, La Ropera o El Sotillo, bastantes calles y avenidas presentan un deplorable aspecto y no menos un peligro para sus moradores, que observan incrédulos una situación que ocurre todos los años y que se mantiene en las mismas condiciones sin que nadie haya decidido hasta el momento actuar a favor de su eliminación. Es el caso de la ronda Mestanza, en donde las lluvias del lunes les han recordado las deficiencias en las que se desenvuelven, fundamentalmente con la entrada de agua a sus viviendas debido al mal estado del alcantarillado. Nos cuentan que lo que más les duele es que, cuando buscan los detalles del recibo del agua y la basura, leen en el apartado conceptos uno que les informa de que buena parte del recibo es para la mejora del alcantarillado. La deducción inmediata a la que llegan estos vecinos es que sí, que será para esta mejora, pero que será destinada a calles más céntricas porque en la suya no existe.

Debemos entender que las razones que exponen estos vecinos se basan en una realidad preocupante, porque eso de que el agua de lluvia que debía discurrir por la calle y ser asumida por los diferentes sumideros que en ella se encuentran, finalmente acabe introduciéndose en sus viviendas, no es de recibo. Ellas y ellos no rechazan que se mejore la ciudad en general y ni mucho menos se les ocurre denunciar el maltrato que reciben cuando comparan las inversiones municipales en su barrio y en el resto de la ciudad, pero sí que quieren dejar claro que están olvidados, que sus calles sufren como pocas la falta de iluminación, el deterioro del conjunto y muy especialmente la indefensión que les supone la inundación de los bajos de sus viviendas. Naturalmente, llegar a esta conclusión no ha sido cosa de un día o de un invierno especialmente lluvioso y sí de una situación que parece ha alcanzado niveles de peligrosidad muy superiores a los anteriores y que, en el caso de la madrugada del lunes al martes, con más de treinta litros por metro cuadrado en tan poco tiempo, les avisó de que así no deben seguir si quieren vivir con algo de tranquilidad.

No sabemos si existe por parte del Ayuntamiento un plan preparado para solventar este importante problema, pero lo evidente es que no solo es necesario, sino urgente. Así las cosas, antes de que el agua acabe dañando las relaciones de los vecinos con la Administración local, que los técnicos hagan el obligado informe y que las partes lleguen a un acuerdo del que se desprenda la inmediata intervención que permita a estos vecinos dormir tranquilos. Las lluvias del lunes-martes fueron, ciertamente, desproporcionadas en cantidad y en tiempo, pero también supone un aviso a quienes tienen responsabilidad directa en el barrio o en esta delegación municipal.



La falta de comunicación siempre ha sido un problema para quienes la padecen, entre otras cosas porque sus denuncias, quejas o demandas no llegan ni en tiempo ni en forma a las personas que pueden solucionar la carencia o el defecto detectado. En una situación casi de emergencia como la que se da coincidiendo con las lluvias en alguna zona de la ronda Mestanza hace tiempo que debió hacer saltar las alarmas y no permitir que continuara la desatención que sufre. Pero como siempre estamos a tiempo de llegar a buen fin, y en este caso de limpiar aquello que no puede hacer su trabajo, como es el caso del atoramiento de los sumideros de esta importante vía, actuar con urgencia estamos convencidos de que evitará que el problema vaya a más.