lunes, 15 de diciembre de 2014

ATENCIÓN A LOS INCENDIOS DOMÉSTICOS

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Obligados por la actualidad, nos enfrentamos hoy con el tema de los incendios caseros, esos en los que mueren personas indefensas ante el ataque desproporcionado a veces de unas llamas que acaban con la vivienda e incluso el edifico en horas y que en muy pocas ocasiones permite a sus moradores escapar de ellas. Este fin de semana nada menos que tres han sido las personas calcinadas en sendos incendios: dos mujeres y un hombre en Sevilla, Castellón y Barcelona. Todo apunta a que fuentes de calor son el origen de los tres siniestros. Los incendios, que vienen a convertirse en una situación de angustia de la que no siempre se sale sin daños físicos y psicológicos, suelen ocurrir por infinidad de causas, aunque el hecho de que se produzcan especialmente en invierno nos da una idea ajustada de lo que en realidad los inicia, es decir, que el uso de cualquier tipo de fuente de calor, si no somos cautelosos y no dejamos nada al azar, son la causa directa de que éstos acaben con lo que encuentren a su alrededor.

No faltan desde luego los que tienen en su origen en el gas, o los que comienzan por una colilla mal apagada o cuando el fumador acaba durmiéndose con el cigarro sin apagar y prende el colchón, o los que ocurren cuando una chispa se escapa del fuego de la chimenea y encuentra lugar en donde continuar ardiendo… Por supuesto, no faltan los que nacen de un cortocircuito o procedente del uso de una radial en una habitación cerrada, que es algo que no siempre tenemos en cuenta, pero que ha sido causa de muchos de los incendios que conocemos. Queda claro, por tanto, que el origen del incendio tiene infinidad de frentes y que todos se podían evitar si cayéremos en la cuenta de cuidar hasta el más mínimo detalle. No digamos nada de los braseros caseros, los eléctricos y los de picón o carbón, que por el momento encabezan la lista que los controla y que tiene su origen en algo tan elemental como el que no cuidemos que las faldas de la mesa de camilla caigan dentro del recipiente y acaben ardiendo.

Sabemos que por parte de los servicios sociales de los ayuntamientos, de los centros de mayores, de asociaciones de todo tipo e incluso agentes de la policía local se trabaja a favor de un mayor conocimiento de una realidad que todos los años acaba con la vida de muchas personas a causa de los incendios que, y es lo que más preocupa, pudieron evitarse con solo haber conocido las causas más comunes por las que se producen estos accidentes domésticos. Conocerlas, desde luego, pero no menos importante es saber cómo defenderse  de ellas hasta que alguien nos socorra, desde el vecino o los bomberos. De entre los más conocidas, tomen nota:  

 Avise al teléfono de emergencias 112.

• Conozca las posibles vías de escape y la ubicación de extintores caseros y su manejo.
• Corte la corriente eléctrica y la entrada de gas.
• Si es posible, retire los productos combustibles o inflamables próximos al fuego.
• Intente apagar el fuego sólo si es pequeño y se puede controlar.
• Si intenta apagarlo, debe situarse entre el fuego y la vía de escape.
• No utilice agua. Si no puede apagarlo, no corra riesgos inútiles, busque un lugar seguro y abandone la zona.
• Al abandonar el lugar, cierre las puertas al salir, gatee si hubiera humo y no empuje a otros afectados.
• No utilice los ascensores como vía de evacuación.
• En caso de no poder abandonar la vivienda por el fuego, enciérrese en una habitación, tape las ranuras de la puerta, preferiblemente con trapos mojados para evitar que entre humo y hágase ver por la ventana. 

Repetimos que son solo unos consejos, porque son más los que pueden necesitar. Y recuerden que una llamada a tiempo al 112 puede salvarle la vida.