La
Dirección General de Tráfico ha
puesto en marcha, un año más, la campaña de vigilancia y
control de alcohol y drogas para estas fiestas, especialmente
proclives a los excesos de alcohol y drogas. Están previstos
realizar más de 25.000 controles diarios en todas las carreteras y a
cualquier hora del día, lo que viene a ser un trabajo exhaustivo por
parte de los agentes de Tráfico de la Guardia Civil y los policías
locales, que participan con la misma intensidad y los mismos
intereses. El objetivo está claro: reducir, ahora que aumentan las
comidas y cenas familiares, el número de personas que conducen bajo
los efectos de alcohol o drogas, porque se sabe que más del
veinticinco por ciento de todas las muertes en carretera en nuestro
país están relacionadas con estos factores. De hecho, en
España, cuatro de cada diez conductores fallecidos en accidente de
tráfico en 2013 dieron positivo drogas, psicofármacos o
alcohol. En cuanto a los peatones, de los 161 fallecidos
analizados, 71 arrojaron un resultado positivo en este tipo de
sustancias. Por otro lado, el informe realizado por la Dirección
General de Tráfico muestra que doce
de cada cien conductores van bebidos o drogados al volante.
Solo en el mes de junio, casi
2.500 conductores fueron denunciados por conducir habiendo consumido
alcohol o drogas.
En
esta campaña de vigilancia para las fiestas navideñas se pondrán
especial énfasis en los colectivos que tienen por costumbre el uso y
consumo indiscriminado de alcohol y drogas. Cabe destacar que, aunque
la nueva
Ley de Tráfico 2014
incrementó las sanciones, sobre todo para los reincidentes, no ha
conseguido del todo detener el aumento que se detecta
permanentemente. Es cierto que las multas por alcoholemia y drogas
han duplicado su importe, que consumirlos aseguran los técnicos que
adelanta quince años el primer accidente, que Tráfico realizará
más de veinticinco mil controles con este objetivo y que el alcohol
y las drogas y conducir cualquier tipo de vehículo es una
combinación mortal, pero la realidad es que por ahora son la causa
de que un cuarenta y dos por ciento de las muertes por accidentes de
tráfico no desciendan. La fórmula que evite esta sangría no la
conocemos, por lo que tendremos que contentarnos, por tanto, con el
trabajo que se realiza y con que entre el colectivo de conductores se
genere suficiente sentido común como para que se frene todo lo
posible.
Naturalmente,
unida al desarrollo de esta campaña camina el criterio de que de lo
que se trata en realidad es de que el Gobierno recaude un dinero
extra antes de que acabe el año. Evidentemente, este tipo de
discursos no pasan desapercibidos para nadie y menos para quienes han
tenido la mala suerte de caer en el error de verse reflejado entre
los usuarios que han sido cazados con exceso de casi todo. Nosotros,
que estamos convencidos de que no existe mejor fórmula que la de
abstenerse de beber alcohol o ingerir cualquier tipo de
estupefaciente, les invitamos a que lo comprueben personalmente
usando su vehículo sin alteración de ningún tipo. Está claro que
si queremos evitar la denuncia y lo que conlleva a lo largo del
expediente que se le abrirá por esta causa, nada de excesos de
ningún tipo, y menos de los que nos alteran la psiquis y nos hacen
perder el control del coche. Miren: o nos buscamos a quien nos lleve
y nos traiga sin haber bebido o nos desplazamos en cualquier clase de
transporte público o privado. Lo que no es bueno que hagamos, ni
para nosotros, ni para los otros usuarios, ni para los peatones, ni
para nuestro bolsillo, es conducir bajo los efectos de las drogas y
el alcohol. Y los que no quieran entenderlo, que lo vean desde la
otra perspectiva, es decir, desde donde se sufre el accidente por
parte de otro conductor que sí que había bebido. Y luego que opinen
con conocimiento de causa.