Teniendo en cuenta que cuando menos te los esperas recibes un timo sin más, conviene que compartamos las noticias que nos advierten de la existencia de amigos de lo ajeno que acuden a nosotros en busca de dinero fácil y que, conforme adquieren conocimientos, los aplican de forma que cada vez son más difíciles de descubrirlos. Lo que hoy les contamos está ligado a una organización criminal que se había especializado en la gestión y atribución fraudulenta de créditos al consumo por un valor inicial, en conjunto, de casi cuatrocientos mil euros. La policía los ha detenido, afortunadamente, y da por desarticulada esta organización, pero no se nos debe olvidar que solos no estaban, que la existencia de otros delincuentes que bebieron de los mismos conocimientos deben andar sueltos y a saber si están dando sablazos entre nosotros. El engaño que les mostramos comprobarán enseguida que ha requerido de los inculpados una especialización de alta sofisticación y que ha exigido de los agentes policiales que les han descubierto no poco esfuerzo.
El asunto es que los especialistas policiales se pusieron a trabajar con una hipótesis concreta: todo indicaba que los estafadores gestionaban una compleja arquitectura delictiva ligada a la participación de varias personas en la gestión y atribución fraudulenta de créditos al consumo especializada en la financiación de vehículos. Estos préstamos permitían el acceso al dinero sin haber hecho la compra real y sin tener que disponer en metálico, para lo cual utilizaban empresas dedicadas a la compraventa de coches con contratos con entidades financieras que tenían facilidades para financiar vehículos. En cuanto al perfil de las víctimas, se ha comprobado que en todos los casos correspondía a personas con necesidades económicas que contactaban con la organización después de encontrar aparentes ofertas favorables de créditos personales de rápida disposición a través de la red. Una vez realizado el contacto se le planteaba a la víctima la simulación de una operación de compra de un vehículo que garantizara la obtención del préstamo por parte de la financiera. A los estafados se les engañaba desde el principio, justo cuando se les presentaba una operación que de antemano tenía la apariencia de absoluta veracidad. A todo esto, a los timados se les cobraban elevadas cuantías en concepto de comisiones incluidas dentro de la concesión de estos préstamos y en ningún caso obtenían el coche que habían adquirido.
Otro
de los elementos destacados es que, en muchos casos, los detenidos
utilizaban una misma financiación para la obtención de varios
créditos y otras argucias para evitar que las entidades de crédito
pudieran ejercer su derecho de disponibilidad en caso de que no se
satisficieran las cuotas mensuales. Según avanzaba la investigación,
los policías constataron que el ámbito de actuación de la
organización alcanzaba varias zonas de España y que el volumen de
créditos que habrían tramitado con este sistema se podía mover en
unas cifras muy superiores a las previstas inicialmente, lo que se
confirmó con la documentación intervenida en las entradas y
registros. De esta forma los investigadores estimaban el fraude en
una cifra cercana a los 360.000 euros y, después del análisis de la
documentación intervenida, esta cuantía puede que aumente
considerablemente, así como el número de personas engañadas.
En
definitiva, que la sofisticación de algunas bandas criminales
alcanza niveles de especialización que nos dejan boquiabiertos y que
nos obligan a recapacitar sobre el contenido de algunas ofertas que
nos encontramos particularmente en Internet, en donde se infiltran
todo tipo de personas y que no siempre lo hacen con buenas
intenciones. El asunto al que nos estamos refiriendo da fe de que no
se puede ni se debe confiar en desconocidos sin antes haber dado los
pasos correspondientes que nos permitan saber con quién nos la
estamos jugando.