martes, 27 de enero de 2015

LAS ELECCIONES ANDALUZAS, EL 22 DE MARZO

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Sinceramente, en principio no entendemos muy bien los movimientos políticos que vemos a nuestro alrededor, especialmente cuando, como en Andalucía, se han convocado elecciones autonómicas para el día 22 de marzo sin que a la ciudadanía se le hayan dado las explicaciones que entendemos merece como soberano que es. Sin embargo, si nos adentramos en los entresijos que la clase política teje con mimo y toda la intención del mundo, comprobamos que todo tiene justificación y esta cita, por lo tanto, no iba a ser menos. En el caso de la convocatoria de elecciones en Andalucía, por aquello de no ser diferentes del todo, la cita con las urnas está justificada por parte de quien las convoca: el Partido Socialista. ¿Por qué? Sencillo: porque todas las encuestas que hasta el momento se han confeccionado le aseguran el apoyo masivo de la ciudadanía. Y, claro, antes de que lleguen más partidos al coso político, ¿a qué perder el tiempo? No obstante, por si les faltaba a los convocantes un achuchón, de los datos obtenidos la semana pasada en una encuesta realizada por LaSexta, un cuarenta y cuatro por ciento  de los andaluces está convencido de que lo mejor es un adelanto electoral. Y como de este convencimiento se desprende, que es lo que por cierto le faltaba al socialismo andaluz para apoyar este adelanto electoral, que la actual presidenta, Susana Díaz, es la líder mejor valorada en nuestra tierra, pues eso, que las ocasiones las pintan calvas y de un plumazo se quitan de en medio dos problemas: el resultado electoral que devenga de una cita de tanta envergadura y los problemas que parece mantiene en los últimos meses con su socio de gobierno, Izquierda Unida.

De hecho, si la cita se convocara para hoy mismo, la intención de voto de nuestra tierra asegura que ganarían los socialistas nada menos que con casi un cuarenta por ciento de los votos. Detrás, el Partido Popular, que obtendría el treinta por ciento. Podemos, que también cuenta entre los votantes de nuestra tierra, alcanzaría el quince por ciento, que lo situaría en la tercera plaza. En el caso de Izquierda Unida recibiría casi un nueve por ciento; UPyD el tres por ciento, y el Partido Andalucista se quedaría en el dos y medio por ciento de los votos. Y un dato a tener en cuenta: lo que les ha parecido a los andaluces el acuerdo de gobierno entre PSOE e IU, nada menos que a un cincuenta y cinco por ciento no está para nada de acuerdo y, por tanto, lo rechaza.  Si sabemos que en las elecciones pasadas, que recuerden se desarrollaron en el año 2012, los socialistas perdieron ante el Partido Popular, que consiguió casi el cuarenta y uno por ciento de los votos, la oportunidad de convocar esta nueva cita electoral no parece que necesite de más justificaciones. Y justo en ese instante tan decisivo nos encontramos.


De lo que puede suceder una vez el recuento de los votos se haya realizado y los resultados conocidos, todo lo que escuchemos, veamos o leamos responderá a elucubraciones interesadas de las que solo se benefician el que las patrocina. Los andaluces, que aseguran desde los atriles mitineros que somos un pueblo adulto, inteligente y trabajador, deberíamos tener clara nuestra intención de voto y actuar en consecuencia, por lo que creemos que a partir de ahora sería interesante que dedicáramos algo más de atención a lo que ocurre a nuestro alrededor, y muy especialmente entre la clase política. Y todo porque nos estamos jugando nuestro futuro y no es aconsejable dejarlo en manos de aficionados de quienes por el momento solo han demostrado una gran capacidad para la crítica y casi nada al apartado de prosperidad para un pueblo que su futuro depende, como aseguran las autonomías del Norte, de su solidaridad.