Sinceramente,
en principio no entendemos muy bien los movimientos políticos que
vemos a nuestro alrededor, especialmente cuando, como en Andalucía,
se han convocado elecciones autonómicas para el día 22 de marzo sin
que a la ciudadanía se le hayan dado las explicaciones que
entendemos merece como soberano que es. Sin embargo, si nos
adentramos en los entresijos que la clase política teje con mimo y
toda la intención del mundo, comprobamos que todo tiene
justificación y esta cita, por lo tanto, no iba a ser menos. En el
caso de la convocatoria de elecciones en Andalucía, por aquello de
no ser diferentes del todo, la cita con las urnas está justificada
por parte de quien las convoca: el Partido Socialista. ¿Por qué?
Sencillo: porque todas las encuestas que hasta el momento se han
confeccionado le aseguran el apoyo masivo de la ciudadanía. Y,
claro, antes de que lleguen más partidos al coso político, ¿a qué
perder el tiempo? No obstante, por si les faltaba a los convocantes
un achuchón, de los datos obtenidos la semana pasada en una encuesta
realizada por LaSexta, un cuarenta
y cuatro por ciento de los andaluces está convencido de que lo
mejor es un adelanto electoral. Y como de este convencimiento se
desprende, que es lo que por cierto le faltaba al socialismo andaluz
para apoyar este adelanto electoral, que la actual presidenta, Susana
Díaz, es la líder mejor valorada en nuestra tierra, pues eso, que
las ocasiones las pintan calvas y de un plumazo se quitan de en medio
dos problemas: el resultado electoral que devenga de una cita de
tanta envergadura y los problemas que parece mantiene en los últimos
meses con su socio de gobierno, Izquierda Unida.
De
hecho, si
la cita se convocara para hoy mismo, la intención de voto de nuestra
tierra asegura que ganarían los socialistas nada menos que con casi
un cuarenta por ciento de los votos. Detrás, el Partido Popular, que
obtendría el treinta por ciento. Podemos,
que también cuenta entre los votantes de nuestra tierra, alcanzaría
el quince por ciento, que lo situaría en la tercera plaza. En el
caso de Izquierda Unida recibiría casi un nueve por ciento; UPyD el
tres por ciento, y el Partido Andalucista se quedaría en el dos y
medio por ciento de los votos. Y un dato a tener en cuenta: lo que
les ha parecido a los andaluces el acuerdo de gobierno entre PSOE e
IU, nada menos que a un cincuenta y cinco por ciento no está para
nada de acuerdo y, por tanto, lo rechaza. Si sabemos que en las
elecciones pasadas, que recuerden se desarrollaron en el año 2012,
los socialistas perdieron ante el Partido Popular, que consiguió
casi el cuarenta y uno por ciento de los votos, la oportunidad de
convocar esta nueva cita electoral no parece que necesite de más
justificaciones. Y justo en ese instante tan decisivo nos
encontramos.
De
lo que puede suceder una vez el recuento de los votos se haya
realizado y los resultados conocidos, todo lo que escuchemos, veamos
o leamos responderá a elucubraciones interesadas de las que solo se
benefician el que las patrocina. Los andaluces, que aseguran desde
los atriles mitineros que somos un pueblo adulto, inteligente y
trabajador, deberíamos tener clara nuestra intención de voto y
actuar en consecuencia, por lo que creemos que a partir de ahora
sería interesante que dedicáramos algo más de atención a lo que
ocurre a nuestro alrededor, y muy especialmente entre la clase
política. Y todo porque nos estamos jugando nuestro futuro y no es
aconsejable dejarlo en manos de aficionados de quienes por el momento
solo han demostrado una gran capacidad para la crítica y casi nada
al apartado de prosperidad para un pueblo que su futuro depende, como
aseguran las autonomías del Norte, de su solidaridad.