martes, 13 de enero de 2015

LAS QUEJAS VECINALES ARRECIAN

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La relación que inevitablemente mantienen la ciudadanía y las obras, especialmente las que se realizan, como ahora, en tiempo preelectoral, nunca acaban bien. La experiencia así lo asegura y en nuestro caso, con la corredera de Capuchinos por terminar e iniciadas en el mes de agosto, y con el anuncio municipal de que serán otras tantas las que pasen la misma criba o reciban el beneficio de una capa asfáltica, lo normal es que el desencuentro se mantenga en todo su apogeo. En el caso de la corredera, de acuerdo con las intenciones declaradas por parte del Ayuntamiento y del mismísimo alcalde de la ciudad, deberán finalizar en poco tiempo y poner fin de esta manera a una intervención municipal que ha traído y llevado demasiados problemas a vecinos y comerciantes. Por el momento, su estado es evidente que mejorará en cuanto se pongan en marcha los trabajos para su acabado, desde el asfaltado a las jardineras, desde los aparcamientos habilitados y los anulados hasta la panorámica general del conjunto, que por el momento y mientras han estado detenidas las obras, ha dejado mucho que desear. De hecho, la constante más manifestada y compartida por los residentes de esta emblemática vía de nuestra ciudad es la disconformidad casi absoluta con lo realizado, aunque acepten que era necesario y que están convencidos de que mejorará en detalles como la circulación o el aparcamiento.

La dirección de la obra, incluida la constructora, se ha llevado la mayor parte de las críticas, basadas en la ausencia casi absoluta de planificación a la hora de intervenir en los acerados o en el asfaltado, que aseguran lo han ido haciendo como les convenía y sin tener en cuenta en ningún momento la necesaria e inevitable movilidad de los comerciantes y vecinos, que afirman con rotundidad que han sido menospreciados sin que nadie desde el Ayuntamiento atendiera sus quejas. La ausencia de elementos que permitieran el ir y venir de las personas a lo largo y ancho de esta calle, que debían hacerlo entre escombros, barro, cemento, grandes agujeros y sobre la misma obra, ha sido determinante para que entre los habituales queden muchas heridas por cerrar y por tanto olvidar. Ahora lo que queda para que la constructora y el Ayuntamiento den por finalizada esta intervención tiene mucho que ver con el aspecto final, y, por lo que podemos observar, el trabajo es mucho y el cuidado que debe ponerse en su remate debe ser vigilado constantemente si no queremos volver a lo de siempre, es decir, a estar levantando la solería un día sí y el otro también.

Otra obra sin decidir y que por el momento no parece que tenga posibilidades de salir adelante, es la que exigen los vecinos de la calle Lope de Vega, que asisten diariamente al deterioro de sus viviendas y no menos al de su salud. Y todo porque esta vía de comunicación se ha convertido en la circunvalación de la ciudad y por ella circulan miles de vehículos diarios: turismos, motos, tractores, camiones de gran tonelaje, autobuses, furgonetas… Y si solo fuera en una dirección, como denuncian los residentes, tendría un pase, pero es que es de dos direcciones y esto hace aumentar por mil el número de los que por allí circulan. La situación actual, de acuerdo con la información vecinal, es que el propio señor alcalde les ha informado de que lo que piden, o sea, una sola dirección, es inviable. Consecuentemente, el enfrentamiento está servido y no se atisban sensaciones de que alguna de las partes esté decidida a dejar de lado sus pretensiones. Los que en esta vía viven tienen sus razones y, aunque es evidente que la normalización de esta calle exige una dedicación técnica de envergadura para encontrar soluciones, rechazar la petición sin más no creemos que sea lo más adecuado.


En cuanto a la remodelación que se demanda desde la zona de los Emperadores, independientemente de que la proximidad de las elecciones tenga mucho que ver con esta exigencia vecinal, acaba de ser presentada en sociedad y parece que llega con fuerza. Naturalmente, si le unimos a estas lo del conjunto de las calles García Lorca y aledañas, que presentan un estado pésimo, trabajo desde luego que no le va a faltar al departamento correspondiente de nuestro Ayuntamiento. El tiempo nos dirá en qué quedan las demandas y si finalmente se consiguen los objetivos de unos y de otros.