jueves, 26 de febrero de 2015

EL EUROBARÓMETRO A DEBATE

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En contra de la opinión de los políticos que gobiernan el país y otros gobiernos autonómicos, provinciales y locales, la situación de España frente al mundo, y especialmente ante la crisis económica que arrastramos desde 2008, es más bien pesimista. De hecho, la mitad de los españoles consideran que la falta de puestos de trabajo es un fenómeno que aún no ha tocado fondo. El resto hasta llegar al cien por cien está convencida de lo que peor lo hemos dejado atrás, aunque no del todo. Lo hemos leído en el Eurobarómetro del otoño de 2014, que es el encargado de contrastar la opinión pública de toda Europa, con un total de treinta y cinco países. El anterior, los españoles que respondieron a las preguntas de los encuestadores estaban convencidos, como el año pasado, de que lo peor estaba por venir. Pero no crean que somos raros o que no percibimos lo mismo que cualquier otro ciudadanos europeo, porque casi el cincuenta por ciento de los extranjeros estaban convencidos de que el desempleo había alcanzado cotas inadmisibles; para el resto, la situación sería incluso peor en unos años.

De acuerdo con los datos que refleja este estudio realizado en noviembre del año pasado, el hecho de que los ciudadanos estén convencidos de que Europa es parte de la solución y no del problema augura perspectivas mejores y asumibles por los Estados miembros. De acuerdo con sus conclusiones, los españoles ven efectivas las medidas que tomó en su día la Unión Europea para controlar la crisis, mientras que el resto de los europeos opinan lo contrario. España es el país en el que el porcentaje de quienes consideran que es urgente regular los sueldos del sector financiero es mayor. De hecho, casi el cien por cien de los españoles abogan por endurecer las normas sobre la evasión de impuestos y los paraísos fiscales.

Los realizadores de este estudio destacan tres casos concretos: que la mayoría de los ciudadanos de la Unión están a favor de que se endurezcan las medidas en materia de fraude fiscal y evasión de impuestos, que la gran mayoría reclama una Europa que se ocupe de los desafíos globales y sea más potente en el escenario mundial, y que los europeos, a pesar del ruido, apoyan mayoritariamente un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, a condición, eso sí, de que sea equilibrado. En cuanto a los beneficios o la importancia de las conclusiones a las que finalmente se llegue está claro que conocemos muy poco, aunque sí que, de acuerdo con las afirmaciones de las entidades europeas, el camino que se ha elegido para mejorar la economía europea están siendo apoyadas mayoritariamente por sus ciudadanos, algo que no ocurría hasta ahora y que los anteriores Eurobarómetros nos decían todo lo contrario.

Destacar finalmente el convencimiento de las instituciones europeas de que por fin los españoles hemos aceptado la Unión como un ente necesario y fundamental para enfrentarnos a la solución de los problemas que en estos momentos frenan al conjunto de los países que la conforman. A todo esto, Inglaterra y Alemania no acaban de caernos bien, quizá por el protagonismo económico que han tenido a lo largo de estos años, mientras que Francia e Irlanda parece que conectan mejor con nuestra idiosincrasia.